Por el humo se sabe dónde está el fuego
El secretario técnico del FCB estaba en Londres el domingo. El lunes, Robert no fue convocado por el club para asistir a la gala de los premios ‘The Best’ en el London Palladium
Fernando Polo explicaba el lunes en MD que Robert Fernández había estado el domingo en Wembley viendo el Tottenham-Liverpool. Y así fue. El secretario técnico, después de dirigirse el sábado a los compromisarios del Barça, salió rumbo a Inglaterra acompañado por Urbano Ortega. No solo se trataba de ver a Coutinho, el gran objetivo del mercado invernal. También hay gente interesante en la escuadra de Pochettino y el Barcelona está intensificando el análisis de los ‘spurs’. Les vieron en contra el Madrid en Champions y volverán a verles.
El artículo, sin embargo, hoy no va de objetivos del próximo mercado o del siguiente. Va de detalles. Wembley, como sabe todo el mundo, está en Londres. El partido fue el domingo en el estadio más emblemático
de la ciudad y el lunes, en el London Palladium, se celebraba la gala ‘The Best’ a la que se desplazó una numerosa representación del FC Barcelona con Josep Maria Bartomeu a la cabeza. Con él, entre otros, estuvieron Pep Segura y Raül Sanllehí, que viajaron desde El Prat a diferencia del presidente que, por motivos profesionales, voló solo desde Madrid. Por cierto, Sanllehí, todavía director de fútbol, se quedó en Londres con André Cury que ya llevaba algún día en la capital inglesa - haciendo los deberes de Coutinho para enero.
Con semejante despliegue blaugrana, llama mucho la atención que Robert Fernández, estando en Londres, tuviera que volverse a Barcelona cuando todos los demás iban allí para asistir a la gran fiesta del fútbol. Una circunstancia que no podemos considerar anecdótica y que sugiere que la ausencia del secretario técnico no es solo una evidente falta de sensibilidad. Pero si solo fuese eso, es un feo enorme, muy significativo. Del mismo nivel que cuando, en pleno mercado estival, el club, siguiendo indicaciones del vicepresidente deportivo Jordi Mestre, precipitó el anunció de Pep Segura como superior de Robert.
Con contrato hasta el 30 de junio y en manos del entrenador y de los jugadores, los resultados han evitado que, después de la fallida moción de censura, Robert pagara los platos rotos del mercado infernal. Su futuro, en cualquier caso, está escrito. Tiene contrato hasta el 30 de junio y ni se lo van a renovar ni, visto lo visto, quizás Robert quisiera prolongarlo. Un escenario que abre tres hipótesis.
Una: el equipo sigue ganando, Robert organizando el mercado de invierno y el club le mantiene hasta junio. Dos: gane o deje de ganar el equipo, Robert cierra la ventanilla de enero y llega un nuevo secretario técnico para preparar el mercado de verano. Y tres: Robert se cansa y negocia salir antes del 30 de junio. Veremos qué pasa