Lo bueno y lo malo de los brotes verdes
El Barça cree que La Masia da frutos de máximo nivel e insiste en su apuesta por la cantera, pero con las cláusulas de los chavales será difícil retenerles
Excepcionalmente, el Barça puso el jueves a disposición de los medios a los cuatro sub-17 que habían ganado en la India el subcampeonato mundial de la categoría. Un gesto que se puede interpretar como la reivindicación del trabajo La Masia, tan criticado los últimos años. Al mismo tiempo, la fotografía de Abel Ruiz, Sergio Gómez, Mateu
Morey y Juan Miranda se autorizó para que pudiéramos ver el vivo retrato de los brotes verdes de la cantera.
La coyuntura astral no sólo alumbra a estos chicos. En el club hay más que satisfacción por la
evolución de Ortolá, Cucurella, Aleñà, Arnaiz, Oriol Busquets y Palencia pero, sobre todo, la esperanza radica en la visión de club que tiene Valverde y en la valentía del entrenador del primer equipo que no duda en dar oportunidades a la gente que viene empujando desde abajo. Tanto es así que, para que la evolución de los jóvenes sea completa, a Ernesto le gustaría que su plantilla fuera más corta para que los chavales tuvieran más minutos en la élite.
Para que eso ocurra, hay que hacer dos cosas. Vender para hacer el hueco que necesitan los jóvenes y acertar con las apuestas. No todos harán carrera en el primer equipo pero los que tengan condiciones no pueden escaparse. Y esa es la complicación implícita a los brotes verdes. Todos estos chicos, con un mercado que paga burradas, tienen ofertas para irse a clubes de mucho nivel. Algo tan cierto como que no todos tendrán paciencia para esperar turno - como hicieron en su día referentes de la cantera, como Amor, Xavi, Iniesta o Puyol -y tan verdad como que las cláusulas de estos talentos son muy, muy asequibles.
Los sub 17, por ejemplo, tienen la libertad fijada en 3 millones de euros. Una cifra que pueden asumir incluso particulares para hacer luego el negocio con algunos de sus pretendientes. En cuanto a los salarios medios - con excepciones coyunturales en forma de bonus apenas superan los 35 mil euros y cada dos por tres se les aparecen clubs que multiplican por cuatro y por cinco esos ingresos.
Para el que compra, los chavales son una apuesta económicamente poco significativa. Para los futbolistas, todo lo contrario. Son ellos los que, si quieren jugar en el primer equipo del Barça, van a tener que arriesgar y mostrar un compromiso capaz de resistir las mayores tentaciones