El valor de Leo en el minuto 89
La actual temporada de Liga de Leo Messi está siendo, como casi siempre, colosal. Su Barça dirigido por Ernesto Valverde lleva ganados 34 puntos de 36 posibles. Un 94,44%. Un tanto por ciento increíble, pero cierto. Lo más grande de Messi no es sólo su calidad futbolística, su liderazgo como el número uno del mundo que es, sino su extraordinario compromiso con su club de toda la vida, al menos, de los últimos 17 años. Para muestra un botón. Leo ha disputado todos los minutos y segundos de los doce partidos de la Liga. Titular indiscutible. Junto al guardameta
Marc-André Ter Stegen es el único que lo ha jugado todo. Absolutamente todo.
Un ejemplo de su generosidad en el campo se demostró claramente en el tercer tanto blaugrana contra el Leganés (0-3). Incluso arriesgando una posible lesión. El partido estaba decidido con los dos goles de Luis Suárez.
Se jugaba el minuto 89 del encuentro, cuando apareció otra vez el astro argentino. Y lo hizo peleando en ese minuto final un balón entre dos defensas y el portero Cuéllar, desde el suelo y en el área pequeña del equipo madrileño. En el espacio de una baldosa consiguió por carácter dar una asistencia de gol al llegador Paulinho. Y éste, que no des- aprovecha ninguna oportunidad, la envió con un toque al interior de las mallas. La de Leo fue una jugada de futbolista listo, de aquellos que se formaron jugando en las calles de sus barrios.
Cuando he vuelto a ver las imágenes de ese instante nada estético pero sí muy significativo de cómo está luchando este Barça, he podido comprobar que en el momento en que Paulinho impulsa el esférico hacia la red, en esa área pequeña del guardameta aparecen hasta seis jugadores de Leganés -uno de ellos el cancerbero- junto al genio de Messi, que desde el suelo ve cómo el balón entra despacito en la portería. Toda esa lucha desigual de Leo contra todos tiene un inmenso mérito, porque la realiza con un claro marcador a favor, 0-2, y en el minuto 89 del ‘match’.
Leo no hizo precisamente un buen partido en Butarque el pasado sábado, pero volvió a demostrar que su valor es infinito del primer al último minuto de cualquier cita en la que esté presente sobre el césped. Su sola presencia es un espectáculo. A veces descansa sobre la hierba. Se da más de un respiro inteligente para volver con toda la intensidad al juego. Lo vimos en aquel golazo que marcó en el Bernabéu al Real Madrid (2-3) en la pasada temporada. Fue también en el último suspiro. Apareció milagrosamente para marcar una bellísima diana. Esta vez fue una simple asistencia peleona que fue a parar a Paulinho. Sin el glamour con el que siempre acaricia la pelota, pero con esa intensidad que suma siempre a su histórica calidad. Con un Messi enchufado todo es posible
En Butarque en el último suspiro peleó desde el suelo en el área pequeña contra tres futbolistas para asistir a Paulinho