El peralte de Daytona fascina a Fernando
El ovetense, impresionado por el Super Speedway norteamericano
Estados Unidos no deja de impresionar a Fernando Alonso. La tierra de las oportunidades hizo que el ovetense empezara a vivir una segunda juventud desde que decidió competir en las pasadas 500 Millas de Indianápolis. Y a partir de ahí, algo cambió en la mente del ovetense. Tenía claro que debía ganar en otras competiciones para ser recordado como uno de los mejores pilotos de la historia y el ir a Indianápolis se debió más a querer conquistar la Triple Corona que otra cosa. Pero todo cambió con su experiencia en el International Motorspeedway.
El calor recibido por el público local, el reconocimiento a su gran labor en las 500 Millas y el ambiente espectacular que vivió en su piel son algo que Fernando nunca olviddará y que no hizo más que llenarle de ganas de seguir corriendo en América. Por ello, este curso escogió las 24 Horas de Daytona, otro evento icónico y especial con el que a la postre puede prepararse para las 24 Horas de Le Mans.
Una vez más, a su llegada, la historia y la grandeza del Daytona Super Speedway volvieron a impresionar al bicampeón de F1, que empezó a rescatar imágenes y recuerdos de todo lo vivido en Indianápolis. “Fue bastante impresionante, un sentimiento similar a Indianápolis, venir a un Speedway enorme por primera vez y ver todas las gradas, las instalaciones, el tamaño de todo. Esto es muy grande y te da la sensación de que estás en una carrera que es muy única, en un evento de deportes del motor icónico”, comentó el español antes de debutar por primera vez en la pista estadounidense, totalmente alucinado por los 31 grados de desnivel que alcanza uno de los peraltes del óvalo de dicha pista. “Hay muchas cosas nuevas para mí. Vi las curvas y el peralte es incluso mayor que el
de Indianápolis”, expresó un Fernando totalmente ilusionado que se mostró entusiasmado tras bajar por primera vez de su coche. “Las sensaciones en la curva peraltada son especiales, la presión que tienes en el cuerpo y la visión que tienes desde el coche. Así que intentas inclinarte para ver donde vas. El tamaño de todo aquí es enorme, me encanta el circuito”, continuó el ovetense, quepese a que en el último año está dejando cada vez más huella en Estados Unidos, no se ve dando el paso de probar la NASCAR.
“Los coches de la Nascar son únicos por cómo se pilotan, así que no pienso en eso ahora. Pero con Indianápolis, el GP de USA y ahora las 24 horas de Daytona significa que en los últimos siete meses he estado en América en tres grandes eventos. Eso me hace sonreír”. Y ahí reside lo importante. Alonso vuelve a disfrutar en 2018
El óvalo del trazado de Daytona alcanza un máximo de 31 grados de desnivel
El español no se ve en la NASCAR y está feliz por sus últimas presencias en EE.UU.