Un ejecutivo para la historia del fútbol
Cracks, técnicos o presidentes hicieron grandes otros clubs: el Sevilla fue obra suya
del mercado, ¿tenía usted controlado a Arthur, por quien el Barça tiene una opción de compra? ¿Encajaría en su estilo de juego?
Lo tengo mejor controlado que cualquiera en mi casa y es un buen jugador. A su edad (21) ya tiene un buen currículum, personalidad y un buen trato de balón. No sé si el Barça lo tiene o no pero es un futbolista interesante. Ya lo creo que sí
Aunque pocos le conocen por su nombre, Ramón Rodríguez Verdejo cumplirá 50 años en septiembre. Antes de irse a Roma a buscar un nuevo reto vital, más de la mitad de ellos, 29, los pasó en el Sevilla FC. Primero como portero, casi siempre suplente. Lo fue de 1990 a 2000. Quizás por su mote, ‘Monchi’, le costó que el fútbol le tomara en serio. ‘Al Ataque’ le hizo popular por su parodia televisiva. La revancha profesional de Monchi fue apoteósica. No llegó con los guantes, sino con corbata. Tras una breve etapa como delegado en la que el Sevilla bajó a Segunda, en verano de 2000 se hizo cargo de la dirección deportiva. Ahí permaneció 17 años, los mejores en la centenaria trayectoria del club andaluz. En la gran historia del fútbol el crecimiento de los clubs ha ido de la mano de grandes futbolistas, técnicos visionarios o presidentes plenipotenciarios, pero ¿de un ejecutivo? Nadie duda en atribuir a Monchi la responsabilidad del éxito del Sevilla del Siglo XXI. Deportivamente legó dos UEFAS, tres Europa League, dos Copas, una Supercopa de Europa y una de España. Empresarialmente, su herencia debería ser estudiada en Harvard: 302, 8 millones de euros de beneficios al fichar por valor de 58,7 ‘kilos’ y vender por 361,5. Revalorizó cantera propia -Reyes, Ramos, Navas, Moreno...- y reconoció al crack ajeno antes de que lo fuera -Alves, Keita, Adriano, Baptista, Rakitic, Luis Fabiano, Bacca, Gameiro...- con lo que hizo rodar el genuino ‘círculo virtuoso’. Hoy, la Roma es su Sevilla italiano
La Roma es su nuevo reto tras dejar 9 títulos y un beneficio de 302 millones en el Pizjuán