El 0-3 de la Juve me dio aire, pero llegó el penalti. ¿Y si el meta polaco se abraza al poste?
Casi por casualidad -nunca voy a lo que se llama conferencia de prensa porque la mayoría de veces es un ‘bla bla bla’ protocolarioasistí a la que se ofreció tras el postpartido del Olímpico de Roma. Evidente que Valverde estaba desencajado, la típica imagen del boxeador al que un ‘uppercut’ en la mandíbula le ha dejado ‘groggy’ y, al rato, está volviendo poco a poco a la realidad. De lo que dijo no me acuerdo demasiado, pero no fue radical en ningún sentido. El sábado tarde, después de la victoria ante el Valencia, su semblante era ya normal, con un suspiro de ‘menos mal, ya hemos pasado el mal trago’. Cuando pierdes, lo mejor es ganar rápido.
Hay quien dice muy convencido que de las derrotas se aprende más que de las victorias. Puede ser. Pero en nuestro caso es evidente que un equipo que ha ganado tantos campeonatos, Ligas, Champions, Copas, lo que pasó o no pasó en Roma tiene que ser motivo de profundo análisis. No tanto por el resultado y la inesperada eliminatoria, sino por la manera en que se produjo y las sensaciones que dejó. Recuerdo que con la llegada a la presidencia de Bartomeu, se tomó la decisión de rejuvenecer la plantilla en varios puestos. Era una realidad y así se hizo de manera intensa. Recuerdo que aplaudí la iniciativa y recordé “fichar a futbolistas jóvenes, pero sobre todo que sean buenos”. Desde aquel momento hasta hoy se han contratado 13 futbolistas, de los que dos ya no están: Arda y Deulofeu. Del resto juega fijo Umtiti, ahora Coutinho y, a ratos, Paulinho .Y ocasionalmente Dembélé, que lo hace más bien poco. No voy a insistir ahora en lo que se ha gastado en todo este grupo. Está hecho
El Barça es un club de gran complejidad. Una cosa va muchas veces encima de otra. Después de lo de Roma, no se sabe si ya preparado o con una reacción instantánea, se produjo una buena noticia social. Al fin llegó el acuerdo deseado entre el Ayuntamiento, vecinos y demás instituciones y nuestro club, para dar licencias en lo que llamamos ‘Espai Barça’. Es un éxito de la actual directiva del área social y de Moix, que lleva muchos meses dedicado a este tema. Hace cuatro años se celebró un referéndum, éste sin problemas, por el que el socio dábamos el OK al proyecto. Ha tardado tiempo, pero más lejana queda la fecha del 2000, cuando Núñez ya quería hacer obras de renovación en el Camp Nou y hubo tal oposición que hasta los vecinos se manifestaron por las calles de Les Corts. Es lo que tiene vivir en esta ciudad, porque en Madrid cada tres meses hacen obras de todo tipo, supongo con licencia, y sin la oposición de nadie. Ahora vendrán inconvenientes físicos para los espectadores y a la directiva sólo le falta un pequeño detalle: lograr la financiación. Adelante y ya no hay marcha atrás. El público a veces se ha resignado en base a los años anteriores, que han sido exitosos, pero todo tiene un punto y aparte. Es verdad que las acciones de Messi han tapado muchos agujeros del grupo. Cuando Leo no está, sucede lo de Sevilla, que pudo ser una debacle en el marcador, o lo de Roma, donde no se le dejó jugar con gran mérito del sistema que empleó el entrenador Di Francesco. La falta de reacción y personalidad del grupo fue allí evidente. ¿Será de aquí aquello que de la derrota se aprende más que de la victoria? Bien. Ahora es el momento de reflexionar. Primero, la Liga, que ya es prácticamente historia. El sábado estoy seguro de que también caerá la Copa. Pero a partir de aquel momento, ya con el esperado doblete, hay 94 -ya no quiero decir si fue o no fue penalti porque tampoco voy a convencer a nadie de su propia opinión- se arma el belén, Buffon, a su edad, se desespera y viene lo inevitable. En aquel momento se me ocurrió. Si yo fuese Allegri, que no es el caso, le digo a mi portero polaco que se abrace a uno de los postes y deje la portería vacía. ¿Os imagináis esta imagen por todo el mundo? Sería como dicen ahora ‘viral’, que no sé lo que es pero debe ser importantísimo