Aquí se cuestionó todo y en Madrid nada, pero la diferencia sólo fue un balón en el 93’
Hay que reconocer que la eliminación en los cuartos de final de la Champions League ante la Roma fue una decepción muy grande. El barcelonismo quedó muy tocado porque nadie, ni yo mismo, podía imaginar que pasara algo así contra un equipo inferior en una eliminatoria a dos partidos. Y menos tras el 4-1 de la ida en el Camp Nou... Evidentemente, por mucho que duela lo sucedido, la única solución es pasar página, centrarse en los dos títulos de Liga y Copa que se pueden lograr y ser lo más positivo posible. El propio Barça dio el primer paso en ese sentido al mostrar una admirable reacción ante el Valencia en un partido muy complicado que ganó 2-1 para acercarse al título. Y, con la peligrosa visita a Vigo hoy de por medio, queda el gran aliciente esta semana de la final de Copa contra el Sevilla. Vale la pena no martirizarse y mirar hacia adelante.
Sin embargo, no se puede ocultar que la gente se ha hecho muchas preguntas tras lo de Roma. Y toca hacer un breve análisis, por difícil que sea entenderlo todo. Días tontos los tiene cualquier equipo y esta vez le tocó a un Barça que llegó más cansado a la cita, con poca chispa, a diferencia del equipo italiano, que pudo dar el cien por cien, quizás porque en la Serie A se reservó tanto en el partido previo (derrota 0-2 ante la Fiorentina) como en el posterior (0-0 en el derbi frente a la Lazio). Ningún gol en 180 minutos
Entiendo a los medios de comunicación que hablan de refuerzos para la próxima temporada cuando llega un palo como el de Roma. De hecho, la dirección deportiva de cualquier club está obligada a controlar jugadores de todo el mundo que puedan reforzar la plantilla y el Barça no es una excepción. Pero la aparición de nombres no es fácil de asumir en un vestuario porque cada alta que suena suele conllevar una baja en esa demarcación. Y siempre hay jugadores que ya van con él ánimo muy justo porque tienen pocos minutos como para ver, encima, que se les busca sustituto. El Barça no tuvo nunca el control del partido en Roma, una sorpresa, y llegó muy mermado de fuerzas, con varios ‘tocados’, pero repito que está a tiempo de celebrar dos títulos de su campeonato y 3-0 al Barça en 90’. Los misterios del fútbol.
De hecho, la Roma tampoco ganó el encuentro anterior al 4-1 de la ida en el estadio azulgrana: 1-1 frente al Bolonia. Sólo ha ganado un punto de los últimos nueve en su Liga y tiene la clasificación para la próxima Champions League en peligro. Es 3º con 61 puntos, pero igualado con el Lazio, 4º, y con el Inter, 5º, presionando con 60. El Barça, en cambio, obligado a no ceder en su pelea por el título de Liga, igualó con orgullo un 2-0 en Sevilla (2-2) y superó al Leganés (3-1) y al Valencia (2-1). No se trata sólo del esfuerzo físico, sino también del psicológico. Los de Ernesto Valverde, aunque estén acostumbrados al cambio constante de chip entre competiciones, no pueden desconectar y preparar de forma exclusiva un partido durante días. Aunque hacerlo tampoco es sinónimo de éxito, la Roma hizo esa apuesta y le salió bien. Bernabéu, ante la propia afición. Claro, no me estoy equivocando, fue un 1-3 que clasificó al Real Madrid, pero gracias a un gol de penalti en el último minuto de tiempo añadido. Injusto o no, la diferencia entre el fracaso del Barça y el del Madrid fue sólo una acción afortunada con opiniones para todos los gustos.
Podemos seguir dándonos latigazos en la espalda, pero nos privaría de la posibilidad de volvernos a ilusionar con una doble aspiración muy bonita y que hay valorar: la Liga y la Copa. Yo soy optimista y considero que, pese al KO en Roma, esta temporada todavía puede ser maravillosa