Un dron y la Sagrada Familia de fondo
El Barça logró el impacto esperado con una escenografía y un lugar espectacular
En uno de los escenarios donde Barcelona consiguió ponerse en el mapa del mundo, coincidiendo con los saltos de los Juegos Olímpicos de 1992, el Barça dio a conocer ayer la camiseta de la temporada 2018-19. No fue un acto al uso, sino que se buscó una fórmula entre la memoria de aquellas olimpiadas que hicieron vibrar a toda la ciudad -haciendo un número de natación sincronizada y uno de aquellos saltos únicos- y lo moderno.
Lo último vino acompañado de un ‘freestyler’, que hizo malabares desde lo alto de un trampolín con un balón antes de dar paso al equipo de natación sincronizada, y con un dron. De hecho, uno de esos objetos voladores que ahora son capaces de transportar paquetes o fotografiar lugares inhóspitos fue ayer el encargado de descubrir la que será la nueva camiseta.
La imagen, con la zamarra azulgrana, el saltador y la Sagrada Familia y toda la ciudad de fondo, consiguió un impacto brutal en todas las redes sociales y los medios de comunicación. Y es que si en la década de los 90 Barcelona recogió el fruto después de haber celebrado uno de los mejores Juegos Olímpicos de la historia, la Ciudad Condal se beneficia en este siglo XXI de contar con un aliado como el Barça, admirado y respetado en todo el mundo por su fútbol y los éxitos acumulados.
Pero además de querer llegar a todo el mundo con su acción, el Barça no descuidó su tradición. El club hizo partícipes de la presentación, además de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no solo Coutinho, sino también a miembros de las diferentes secciones y a socios y abonados del club representando los 10 distritos de Barcelona
El interés global que Barcelona suscitó con los Juegos Olímpicos hoy se lo da el Barça