El primer duelo de Champions entre estos dos colosos decepcionó en la segunda parte
El colosal duelo entre pentacampeones de Europa decepcionó un tanto, especialmente en la segunda mitad, pero el combate nulo bajo la lluvia de Anfield satisface a un Bayern Múnich que se contentó con mantener el 0-0 y controlar al Liverpool de cara al partido de vuelta en Múnich. El lateral derecho alemán Joshua Kimmich se lo perderá tras ver una tarjeta amarilla por falta a Sadio Mané, una baja que puede resultar fundamental en el desenlace de la primera eliminatoria de Champions que enfrenta a ‘reds’ y bávaros en su dilatada historia.
Alisson salva a Matip
El primer cuarto de hora estuvo marcado por un mayor control de balón del Bayern y pudo adelantarse en dos errores de Joel Matip, quien tuvo de improvisada pareja en el eje de la zaga a Fabinho, retrasado ante las bajas del sancionado Virgil van Dijk y los lesionados Joe Gomez y Dejan Lovren. Al central camerunés le salvó milagrosamente el meta Alisson de marcarse un autogol al despejar en un centro de Serge Gnabry (13’). Segundos después Matip intentó de tacón salir airoso de una comprometida cesión de Alisson y Kingsley Coman le robó la cartera, pero su disparo se estrelló en el exterior de la red.
El Liverpool solo había podido adelantarse en un balón largo de Jordan Henderson que Mohamed Salah remató con la punta de la bota a las manos de Manuel Neuer. Pero mediada la primera parte los ‘reds’ empezaron a imponer al juego su ritmo eléctrico habitual gracias al empuje de Naby Keita y la clarividencia de Roberto Firmino, duda hasta última hora por un virus, aunque les faltó el acierto final, en ocasiones por precipitación, ante un Bayern que acabó agobiado la primera mitad.
Mané perdona
Salah estuvo cerca del gol con un cabezazo ligeramente desviado a centro de Andrew Robertson (23’) y Sadio Mané aún más en una acción confusa. Keita chutó, el balón lo taponó Niklas Süle, al que le pudo ir luego al brazo, y llegó al senegalés, pero, solo, cruzó en exceso a la media vuelta (33’). Serge Gnabry dio apenas algo de oxígeno al Bayern con un chut que Alisson envió a córner.
Tras el descanso el partido fue menos vistoso y no llegó a aburrir ante la expectativa de una aparición mágica de Salah que no se