El no del deporte al racismo
l deporte nace de la sociedad y no puede vivir de espaldas a ella. Los gestos de protesta de deportistas tienen una gran carga simbólica. Colin Kaepernick, de los 49ers de San Francisco, fue el primero que hincó una rodilla y se negó a cantar el himno nacional en protesta por la discriminación racial contra los afronorteamericanos. El presidente Trump reaccionó airadamente con tuits insultantes. Los incidentes en Minneapolis como consecuencia de la muerte de George Floyd han encendido la ira de miles de manifestantes en todo el país. Por precaución, Trump tuvo que ser conducido el viernes al búnker de la Casa Blanca. Los deportistas son de carne y hueso y tienen sus ideas. El portero del Aston Villa, Pepe Reina, manifestó sus simpatías por Vox y el madridista Isco dio un Like a un mensaje que llamaba bastardos a “todos los cayetanos”. Pronunciamientos discutibles porque son partidarios. Tebas anunció que votaría a Vox. Es su opción. Lo que no debería ser cuestionable es cuando se trata de vulneración de derechos humanos elementales. El racismo no debe ser defendido. En este sentido me parece oportuno el comunicado del Barça sobre los incidentes en varias ciudades norteamericanas diciendo que “el racismo, como una discriminación que busca degradar y marginar a las personas debido a su género, orientación sexual, origen o color de piel, es una pandemia que nos afecta todos. En el Barça, no dejaremos de combatirlo”. De Jong se manifestó en este sentido de forma individual. Ninguna cesión en este tema
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