El pequeño mundo de los futbolistas
La necesidad periodística de que los futbolistas se miren al ombligo es muy aburrida
La plataforma Amazon Prime Video ha estrenado la serie documental ‘Futbolistas por el mundo’, una producción de Atresmedia que consta de solo cuatro episodios y retrata las circunstancias vitales de cuatro jugadores españoles que están jugando en el extranjero. David Villa, Xavi Hernández, Javi Martínez y Juan Mata son los protagonistas de estos episodios y la docuserie tiene un acceso privilegiado a su entorno más familiar y privado para saber cómo se desarrolla su cotidianidad. El título resulta un poco engañoso. ‘Futbolistas por el mundo’ parece aludir la manera de percibir las tradiciones, costumbres, idiomas e idiosincrasia social y deportiva de su nuevo entorno. Esto habría marcado las diferencias. Pero en cambio volvemos a caer en el relato típico y tópico de los futbolistas, centrado en el ‘yo’.
‘Futbolistas por el mundo’ es, en realidad, un retrato del contexto familiar y un repaso de su trayectoria. Por enésima vez, escuchamos las historias de siempre. El factor geográfico es prácticamente intrascendente. Qué más da si están en Japón ,en Qatar ,en Alemania oenel Reino Unido si, al final, la serie indaga en su intimidad. Explora el universo familiar. Volvemos a la necesidad periodística de hacer que los jugadores se miren al ombligo en vez de pedirles que miren más allá y nos cuenten lo que descubren y aprenden en un país ajeno. Cuando
juegan en el extranjero y parece que están más dispuestos a atender este tipo de programas y reportajes, el resultado acaba cayendo en los tópicos. Es curioso que, con la excusa del barniz un tanto elitista que puede implicar el concepto de ‘serie documental’, los futbolistas acaban aceptando participar en un tipo de relato que es incluso muy propio de prensa rosa, donde son preguntados por sus relaciones de pareja y grabados mientras recogen a sus hijos del colegio o la guardería.
‘Futbolistas por el mundo’, más allá de ser una serie un poco exigua con solo cuatro capítulos, tiene buena factura audiovisual, pero es narrativamente tópica, naíf e incluso un poco cursi. Una oportunidad perdida para demostrar que los futbolistas se sienten vinculados al mundo que les rodea en vez de vivir en burbujas egocéntricas
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