El fútbol arranca sin público en las gradas a la espera de que el CSD dé su autorización
Vuelve el fútbol. Regresa LaLiga. Once jornadas en Primera División y otras tantas en Segunda, en este caso con ‘play off’ de ascenso añadido. Han sido 93 días sin rodar el balón, desde que el 10 de marzo Eibar y Real Sociedad disputaron su partido aplazado, ya sin público en Ipurua por la propagación del coronavirus.
Sí, vuelve el fútbol aunque no será como el de antes, al menos en lo que queda del presente campeonato, que concluirá el fin de semana del 18-19 de julio. Una ‘Liga exprés’ en toda regla. En apenas 39 días se disputarán ¡231 partidos! de la competición regular entre las dos categorías profesionales. Brutal. En menos de mes y medio los equipos se lo jugarán todo.
Da igual el momento en el que estuviera cada uno y sus últimos resultados cuando llegó el parón. Clasificación aparte, se puede decir que todos partirán de cero. El reto físico y mental que espera a los futbolistas será de aúpa. No sería extraño, pues, que se puedan ver resultados inesperados, ‘rompe quinielas’, que en condiciones normales hubieran sido casi impensables. Cierto es que ahí están todavía los favoritos para conquistar el título, los que luchan por meterse en la ‘zona europea’, así coen mo los candidatos para descender, ascender o estar en la promoción de ascenso, pero el hecho de que la ‘movida’ arranque en la 28ª jornada hará que un mal inicio o una mini mala racha pueda ser mortal de necesidad para los contendientes. El que se despiste lo pagará caro.
A los protagonistas, que no vienen de un periodo de descanso y sí de un confinamiento con las limitaciones que ello ha conllevado para mantener su estado de forma, les podría pasar factura los momentos de incertidumbre vividos, por lo que el estrés podría afectarles en forma de lesiones tras una mini pretemporada también de lo más atípica, con casi más entrenamientos individuales que en grupo y sin ningún partido amistoso para rodar el motor.
Los equipos que mejor se hayan preparado tendrán mucho ganado. La profundidad de las plantillas y que los entrenadores sepan manejar el fondo de armario aprovechando los cinco cambios permitidos será determinante. Como también lo será adaptarse a jugar sin público en los estadios. Sin afición en las gradas, al menos las primeras jornadas hasta que el Consejo Superior de Deportes dé su autorización a que se ocupen parte las mismas (un tercio), posiblemente a partir de finales de este mes, el ‘factor campo’ ha quedado diluido. Ahora, el equipo local no llevará la etiqueta de ‘favorito’. Más margen todavía para las sorpresas.
A todo esto añadir otra cuestión, la emocional. Jugadores, técnicos y auxiliares va a seguir siendo sometidos
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a tests que confirmen que están sanos, con lo que ello conlleva al temor de un contagio, a un posible rebrote. De aparecer un positivo nadie sabe con certeza lo que puede pasar, aunque hayan afirmado que será mas seguro jugar que ir a comprar al supermercado. La posibilidad de una cuarentena en un equipo está ahí, con lo que supondría para el transcurso de la competición.
Otra piedra más en la mochila de los futbolistas, como las altas temperaturas que tendrán que soportaren esta recta final de junio y mitad de julio. LaLiga, maniatada