El Espanyol inicia su peregrinación hacia el ‘milagro’
El Celta y el Villarreal retomarán hoy la Liga tras la crisis del coronavirus con un duelo que medirá el efecto de los tres meses de parón que ha habido en sus rachas, positiva en el caso de los locales y negativa en el de los visitantes, pero ambos con poco margen de error para amarrar la salvación en el primer caso y llegar a competiciones europeas en el segundo.
Tras haber ganado nueve de los últimos puntos que se pusieron en juego, el equipo de Óscar García Junyent consiguió salir del descenso aunque sólo tiene un punto más que el Mallorca. Las pruebas realizadas en los últimos días invitan a pensar que el entrenador del Celta dará continuidad al bloque que venía utilizando antes de que se paralizara la competición, con la única duda de quién acompañará a Smolov y Aspas en la línea de ataque, con opciones para Santi Mina, Brais Méndez y Pione Sisto.
Por detrás, Denis Suárez será duda hasta el final y es difícil que entre en el once pero parece que tras superar su problemas físicos Rafinha podrá jugar. Con la decisión de que se juegue a puerta cerrada, el factor campo queda diluido una situación que llevó al entrenador catalán, consciente de la importancia que tiene el empuje de Balaídos en la lucha por la permanencia a criticar la falta de coherencia de que “se pueda ir a espectáculos en sitios cerrados, o incluso abiertos como pueden ser los toros, y no se pueda ir a un estadio de fútbol”.
Pero Javi Calleja cree que el parón lejos de cortar la buena dinámica de su rival la habrá reforzado. “Sus últimos partidos fueron buenos, no encajaron goles y estaban defendiendo mucho mejor. Les ha- brá dado tiempo a reforzar eso y mejorar en ese aspecto, en el que ya estaban bien”, destacó.
También parece que pese a su mala racha, Calleja, que no podrá estar en el banquillo por sanción, dará continuidad al bloque por el que venía apostando. Eso sí, cuenta con la baja del lesionado Ramiro Funes Mori, que no podrá jugar en lo que queda de liga, al romperse el tendón del recto anterior, y de Bru- no Soriano, en proceso de readap- tación después de tres años lesiona- do y del sancionado Rubén Peña
HBARCELONA/VITORIA - El Espanyol retoma la competición con un reto mayúsculo por delante, lograr la permanencia en Primera División partiendo como el colista de la categoría, un ‘milagro’ que pretende empezar con buen pie hoy contra el Deportivo Alavés en el RCDE Stadium. El plantel de Abelardo Fernández ha regresado al trabajo con buenas sensaciones. El parón sirvió para despejar la mente y afrontar esta recta final de competición de la mejor forma posible, aunque a nadie se le escapada la dificultad del propósito. El Espanyol, además, ha tenido ocho futbolistas infectados por el COVID-19. Todos ellos ya están bien, aunque durante los primeros días de trabajo no estuvieron al mismo ritmo que el resto de sus compañeros. La única baja segura es la de portero Diego López, que está sancionado.
El partido será especial para el entrenador blanquiazul. Abelardo dejó el Alavés en mayo de 2019, después de llegar a la entidad en 2017 y salvar al equipo del descenso. El preparador asturiano dejó un gran recuerdo y, sin duda, afronta un encuentro emotivo.
El conjunto vitoriano, por su parte, no tiene tantas urgencias en la tabla y los doce puntos que les separan con los periquitos hacen que la presión no sea la misma que para la escuadra catalana. Los de Asier Garitano visitan a un equipo al que no ganan desde 2002 cuando se han enfrentado en Barcelona y, además, el entrenador vasco tiene la espina clavada de no haber conseguido vencer a Abelardo en su duelo particular de banquillos.
El técnico babazorro tendrá casi a todo su equipo, pues no podrá contar con el delantero Joselu, sancionado por acumulación de tarjetas
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