Oier Olazabal, el 70º portero del Espanyol
Tiene por delante un largo (y duro) camino que recorrer en su intento de lograr la permanencia, pero el Espanyol no pudo protagonizar un regreso más dulce en su vuelta a la competición. Los de Abelardo se fueron al obligado parón tras una amarga derrota ante Osasuna que dejó muy en entredicho lo de que este equipo esté a tiempo de sumar los puntos necesarios para la salvación. Pero en la reanudación del campeonato sumaron tres puntos balsámicos al derrotar por 2-0 (con goles de Bernardo y Wu Lei) a un Alavés que aunque con cierto colchón respecto a la zona de descenso, todavía está en el ajo.
El respetable, brillando por su ausencia en un RCDE Stadium sin público como parte de esta nueva normalidad del fútbol, no pudo aportar su granito de arena desde la grada, pero aun así el Espanyol sí ejerció como local. Porque quizá como fruto de una mayor exigencia que su rival en términos clasificatorios, llevó la iniciativa en el juego desde un pitido inicial que De Tomás vivió desde el banquillo confirmándose que no está al 100%.
La primera ocasión de gol perica no se hizo esperar ni un minuto, al presionar Calleri a un Pacheco que se hizo el lío y por poco no encajó el 1-0 en dicha jugada. De hecho, no lo hizo ni en esa ni en ninguna otra, pero sí que facilitó, y mucho, que el Espanyol derrotase al Alavés. Porque en el minuto 19, de forma incomprensible, salió del área ante un balón largo de Dídac buscando la carrera de Wu Lei, y poseído por un cortocircuito, Pacheco
Bernardo y Wu Lei firman los goles con Adri Embarba como asistente en ambos casos
agarró el balón con las mano viendo la tarjeta roja y dejando a los suyos en inferioridad numérica con más de una hora por jugarse.
A partir de ahí, el dominio perico se clarificó todavía más, pero no por ello resultó sencillo que el 0-0 del luminoso fuese alterado. Principalmente porque el experico Roberto, que entró bajo palos al ser expulsado Pacheco, por momentos pareció dispuesto a protagonizar el partido de su vida. Hasta que llegó Bernardo, ya en el tiempo añadido de la primera mitad, para cabecear a la red un centro de Embarba desde la banda izquierda.
Goles psicológicos
En la reanudación, y con el aire que dio ese gol del defensa colombiano,
Diego López, sancionado tras ser expulsado en Pamplona en el último partido del Espanyol antes del parón, vivió el encuentro desde la grada. En su lugar bajo palos actuó Oier Olazabal, que debutó como perico tras llegar el pasado invierno y a la vez se convirtió en el 70º guardameta que defiende la portería del Espanyol en Primera. De esta forma, su nombre se sumó a una lista en la que figuran mitos como Urruti, Toni Jiménez, Biurrun, Cedrún, Kameni o el mismísimo Tommy N’Kono, quien está en lo más alto de la tabla con un total de 241 partidos disputados. Lejos queda ese registro para un Diego López que lleva 110
Hel Espanyol saltó al verde predispuesto a ampliar su ventaja camino del triunfo. Y lo hizo cuando no habían transcurrido ni dos minutos del segundo acto, con Wu Lei como goleador. El atacante chino superó a Roberto en un uno contra uno tras ser habilitado con un pase filtrado entre líneas por ‘Asistencias’ Adrián Embarba, y con ello dejó el partido visto para sentencia.
De ahí en adelante, el Espanyol, ya con De Tomás sobre el terreno de juego, buscó sin éxito un tercer tanto mientras que el Alavés, falto de gasolina por la acumulación de minutos con uno menos, fue un quiero y no puedo.
El ‘1’ en la quiniela le da oxígeno a un Espanyol que mantiene intacta la fe en la posibilidad de lograr la permanencia y aprieta un poco, aunque ni mucho menos ahoga, a un Alavés que no tiene permitido despistarse
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