Otro pinchazo lejos del Camp Nou
El Barça volvió a las andadas fuera de casa, donde sólo ha sumado 22 de los 45 puntos posibles
Se hace muy extraño ver un partido del Sevilla sin público, sin el calor de su afición, sin el himno del Arrebato cantado ‘a capela’ por casi cincuenta mil aficionados. Sonó el himno del Centenario, pero por megafonía y con las gradas vacías. Sigue siendo un momento emotivo, pero no es lo mismo.
En el minuto 1, el Sevilla se acordó de Juan Carlos Unzué. El meta navarro jugó 222 partidos en Primera con el club de Nervión y la sevillista es la camiseta que más veces defendió. “Mucha fuerza y mucho ánimo, Unzué”, era el mensaje en los videomarcadores en el primer minuto, que coincide con el dorsal que lució el navarro en sus temporadas en el Sevilla.
Sigue llamando la atención el silencio de los estadios, que permite escuchar todo lo que dicen los futbolistas, como si de un partido de regional se tratase, aunque sea una de las mejores Ligas del mundo. Sólo se rompió el silencio para recordar a Puerta, en el minuto 16, y en el 20 para dedicar ese “aplauso infinito” que promueve la Liga como homenaje a los sanitarios por parte del mundo del fútbol.
A la espera de los goles, que se resistían, el partido tuvo de todo. Ocasiones, paradones, faltas directas y también decisiones controvertidas del colegiado o una tangana. El árbitro, González González, se mostró muy permisivo con Reguilón y Munir en diversas acciones y en cambio amonestó
Estériles desde el 45’ El Barça solo dispuso de una ocasión en el segundo tiempo, en las botas de Suárez, que chutó alto por poco en el 88’ a Piqué a las primeras de cambio. Ese criterio dispar calentó a los azulgrana, que incluso reclamaron la segunda amarilla para Reguilón.
Al filo del descanso, Diego Carlos frenó a Messi con una entrada durísima, ya que le clavó los tacos en la espinilla derecha, una acción que le podía haber provocado una lesión de gravedad al argentino. El azulgrana se rebotó y se encaró con el defensa del Sevilla. Incluso le golpeó en el pecho, algo que el brasileño aprovechó para hacer teatro y con efectos retardados cayó al suelo. Posiblemente, el exceso de teatro salvó a Messi de una
El equipo de Setién no ha podido ganar en Valencia, Madrid, Bilbao ni Sevilla
amarilla. Y antes del descanso fue Piqué el que en un forcejeo con Reguilón también podría haber visto la segunda amarilla.
En la segunda parte el Sevilla fue superior y el Barça volvió a pinchar fuera de casa. Los azulgrana volvieron a las andadas tras la victoria en Mallorca y se dejaron otros dos puntos. Sólo han ganado en seis de las quince salidas, por lo que han sumado 22 de 45 puntos posibles lejos del Camp Nou y desde que llegó Setién el Barça ha pinchado en Liga en Valencia, Madrid y Sevilla. Y tampoco ganó en Bilbao en la Copa ni en Nápoles en la Champions
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