El impulso de Quique Setién duró pocos telediarios
¿Se acuerdan de aquel Quique Setién ilusionado, que no se creía que estuviese en el banquillo del Barça? Tenía ideas futbolísticas, le brillaban los ojos, hablaba por los codos con los jugadores y transmitía confianza ante la prensa. El Barça, en su presentación, dijo que le traía para dar un impulso al equipo. Pareció que sí... Pero no. Cinco meses más tarde –dos de ellos confinadísimos- el equipo sigue mostrando endeblez física, escasa verticalidad, poco atrevimiento y la Messidependencia habitual. Setién ha perdido alegría. Cuando llegó hacia de la necesidad virtud. Sabía que no contaría con
Suárez pero andaba loco por jugar con
Dembélé. Se lesionó el francés y el entrenador se contentó con Braithwaite. Ahora, en cambio, en lugar de insuflar confianza rezuma monotonía. En la víspera de Sevilla dijo que nadie ganaría 9 seguidos. Y, claro, empató. En lugar de decir nos íbamos a dejar la vida... Y luego, al final del partido, suelta: “En los 30 primeros minutos hemos jugado rematadamente bien”. ¿Seguro? Puro balonmano. Control absoluto, sí, pero ni un rasguño al Sevilla. Dos chuts de falta de Messi ,unuyde Suárez y basta. Rematadamente bien, sí, comparado con los 90 minutos tristes ante el Leganés. Y hoy llega el Athletic, que corre, muerde y presiona. Feliz verbena.