De Celta a Celta sin los necesarios goles de falta directa
El partido de la primera vuelta entre el Barça y el Celta fue un auténtico duelo de golpes francos como pocas veces se recuerdan en el Camp Nou. Olaza marcó de libre directo el único tanto de esta guisa que Ter Stegen ha encajado en toda la temporada. Cuatro minutos después, Messi –que ya había marcado de penalti- deshacía el empate a 1 de otro golazo de falta. Era el llamado gol psicológico, justo antes del descanso. Pero a la vuelta el césped, Messi seguía con hambre y nos volvió a deleitar con otro libre directo perfecto al que nada pudo hacer Rubén Blanco. El Barça de Valverde ganó 4 a
1 al Celta en un festival de ejecución por encima de la barrera. Messi había empezado la temporada de forma espectacular en esta suerte: de sus primeros 13 lanzamientos, 4 los había convertido en gol. Sus otras víctimas, más allá del Celta, fueron el Sevilla y el Valladolid. Todos los tantos, en el Camp Nou. Pero desde entonces (y era el 9 de noviembre) no ha vuelto a tener fortuna. De los siguientes 22 disparos de falta, ninguno ha terminado en la red. En Sevilla, tuvo tres oportunidades. En Mestalla, chutó hasta 4 veces sin poder batir a Jaume Doménech. Ahora que el equipo anda falto de gasolina, bien estaría aprovechar de nuevo el balón parado. Por Messi no quedará. Mañana, si juega, puede ser un buen día
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