3. No era cerrar el resultado, era rematarlo
l Celta sabe jugar buen fútbol en corto -también en los espacios- y Óscar ordenó realizar la presión más alta porque sabía que el 0-1 del descanso era una mentira. Un simple pase de Aspas a la carrera de Okay, buscando la espalda de Rakitic, bastó para ver otro 2 contra 1 (¡Piqué
Eotra vez sólo!) esta vez con final feliz firmado por Smolov a puerta vacía. Eso en 49’, en el 59’ Bradoric, Rafinha y Nolito para sumarse al desafío atacante de Iago Aspas.
El Barça era esporádico, el Celta más constante y rítmico pero le salió cruz: Semedo presionó, Messi pasó a Suárez y el uruguayo consiguió el 1-2 gracias a un buen reverso. Ese segundo gol parecía que iba a dar ‘alas’ al equipo de Setién pero fue el conjunto de Óscar quien se puso a jugar. Rafinha y Nolito ganaban profundidad mientras Aspas afinaba. Ter Stegen evitó el gol del extremo andaluz con un excelente despeje raso pero en el 87’, claudicó. Sólo pudo mirar la rosca de Aspas, lanzamiento de falta, porque faltó otro jugador al lado de Griezmann. El ‘VACÍO’ lo vio el goleador y, al final, el Barça acabó dando las gracias a Nolito por no rematar la remontada. Era el equipo blaugrana quien debió tener más carácter, ritmo físico e instinto asesino para ir a por el tercero. Sólo este milagro para ganar esta Liga: que Messi vuelva a enchufarlas
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