“No tienes ritmo”
a estridente reprimenda que le propinó Van Gaal a Oscar García porque no se empleaba con la intensidad suficiente en uno de los rondos tendría ahora absoluta vigencia, observando los desplomes en las segundas partes del Barça de Setién. Una de las máximas del futbol asegura que “se juega como se entrena” y los blaugrana entrenan al ritmo que marcan una mayoría de veteranos (Messi, Suárez, Piqué, Busquets o Rakitic), que llevan la voz cantante en el vestuario superada con creces la treintena de años.
El gran problema de este Barça es el envejecimiento de una plantilla que ha dado gloria y títulos pero que no ha sabido renovarse por culpa de una nefasta política de fichajes en la que se han gastado casi quinientos millones en refuerzos de muy escaso rendimiento. Hace un año en Anfield el Barça tuvo el final de su década prodigiosa.
Por desgracia los años no perdonan y Messi, tras el parón del coronavirus, empieza a dar muestras de que ya él solo no es capaz de resolver situaciones límite, como en tantas ocasiones había hecho. Contra el Celta fueron contadas las veces que pudo superar en el uno contra uno a su marcador. A los treinta y tres años, y después de jugarlo todo en los últimos tres lustros, Leo ha dado síntomas de estar falto de ritmo y de estar más cerca que lejos de su último baile
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