2. Mala medición en las áreas
rrancada de Yannick Ferraira Carrasco dejando atrás a Gerard Piqué y Arturo Vidal metió la ‘pata’. El belga aprovechó para hacer su trabajo -lanzarse al césped- y el penalti lo
Aacabó metiendo Saúl (primero lanzó Costa y despejó Marc-André ter Stegen antirreglamentariamente posicionado).
El empate se fraguó en la citada velocidad individual bien aprovechada por el extremo colchonero. El Barça estaba OBLIGADO a defender por parejas: Piqué con Semedo, Lenglet con Jordi Alba. Mucha intención ofensiva hasta llegar al descanso por parte de ambas escuadras pero con menos ritmo físico.
En el reinicio de partido, los blaugranas se metieron en campo rojiblanco y devolvieron el penalti gracias a una internada de Nelson Semedo con roce de Felipe. Leo Messi facturó el 2-1 con absoluta suavidad engañando al gran Jan Oblak ejecutando el penalti con el estilo Panenka. Fue una vitamina psicológica para el Barça ante un equipo muy fuerte física y mentalmente
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