ME HA GUSTADO Quique Setién y su conciencia
El 30 de junio. El día que se tendría que terminar oficialmente la temporada, el Barça perdió de una tacada la Liga de baloncesto y la de fútbol en un mismo martes para olvidar. No tiró ninguno de los dos títulos, pero las fuerzas ya no daban para más. El Baskonia fue mejor en el segundo tiempo y se llevó el título el día que un renqueante y voluntarioso Mirotic no podía ya con el alma. Con cuatro faltas demasiado pronto, Pesic le mantuvo en pista y le perdió para los minutos
“Lo peor en la vida es equivocarte con el criterio de los otros”. Es uno de los sabios consejos que me dejó mi padre, un hombre trabajador acostumbrado a tomar decisiones que implicaban a equipos enteros. Pensé en la frase escuchando la jugosa rueda de prensa de Setién del lunes. Más que la previa del Atlético fue el epílogo del cisma decisivos donde el crack hubiera podido resarcirse de su partido fallón. El Barça perdió de dos porqué no acertó en los triples decisivos y porque, de nuevo, regaló cinco tiros libres, y porque los árbitros no quisieron revisar la bandeja de Higgins que tocó el cristal antes del tapón de Shengelia. Durante toda la fase final, cuando ha habido una jugada así en la canasta del Barça fueron a consultar el instant replay. No en la final, en la jugada contraria. ¿La tecnología al servicio de qué?
En el Camp Nou, la segunda gran decepción de la noche. El equipo jugó para ganar, pudo
de Balaídos. 21 minutos para grabar y guardar, donde el entrenador no dio puntada sin hilo. Defendió que, a veces, un mal resultado no es por culpa del técnico. Dejó el mensaje que el culé necesitaba oír aunque revelase lo tenso que debía haber sido la charla: “Todos tenemos que ceder una parte, incluso los jugadores, por el bien común”. Y entonces dejó la perla de la mañana: “Yo, lo primero que tengo que hacer, es liberar mi conciencia”. Frase que va mucho más
allá del fútbol, es pura espiritualidad y necesidad, íntima, de estar bien con uno mismo. Setién estará los meses que estará en el Barça, ganará su primer título como entrenador o no, pero lo único que se podrá reprochar es si no hace las cosas que él cree que tendría que hacer. Ahí, pues, tiene que liberar su conciencia. Al hacer alineaciones, los cambios, las tácticas y mandar a freír espárragos a quien sea cuando lo considere oportuno
Hperder, pero de nuevo Mateu Lahoz, ante el Atlético de Madrid, fue el triste protagonista. Esta vez no desde el césped sino des de la nocturnidad y discreción de la sala VAR. Hizo repetir el penalti que paró Ter Stegen ,no revisó el tropiezo de Carrasco en la segunda pena máxima y tampoco quiso consultar el más que posible penalti sobre Piqué a pocos minutos del final. Riqui Puig fue el mejor, Suárez el peor, Ansu y Griezmann entraron demasiado tarde como en Vigo y Messi, muy enchufado, lo intentó todo y no se metió nervioso para meter su gol 700. Felicidades. Pero tras el confinamiento y jugando cada dos días, el equipo ya no mucho más de sí.
Se ha comparado Balaídos 2020 con Anoeta 2015. En San Sebastián, esa noche, cayeron chuzos de punta porqué Luis Enrique dejó en el banquillo a Piqué, Rakitic, Messi y Neymar. Tras el 1-0 y en el vestuario se montó el pollo, se echó a Zubizarreta, Bartomeu convocó elecciones, calmó las aguas turbulentas entre la estrella y el entrenador… y la temporada terminó en triplete. ¿Cuál fue el siguiente rival del Barça en Liga, tras Anoeta? El Atlético de Madrid, en el Camp Nou. Simeone
1. ¿Por qué el espanyolismo sueña con la salvación, que queda a 10 puntos, y los barcelonistas ven la Liga perdida cuando se ponen dos puntos por debajo del líder?
2. En la Juventus, que renueva a Buffon con 42 años, los 30 tacos del joven Pjanic no eran ningún problema.
3. Pochettino anda loco para fichar a Coutinho para su equipo. El problema para el Barça es que Pochettino está sin equipo.
4. Al salir de casa de Setién, ¿Bartomeu no debería haber pasado por casa de Eder Sarabia?
pagó los platos rotos. Marcó el tridente al completo. El primero Ney, el segundo Suárez, el tercero Messi. Griezmann –y Arda Turan- eran las estrellas del equipo rival. En 2020, con Piqué, Alba, Rakitic, Suárez y Messi como base del mismo equipo de cinco años atrás ya no nos alcanza para la Liga.
El hambre puede ser la misma, pero la velocidad y el estado de gracia ya no. Será muy difícil que nos de para la Champions League. Pero a falta de que el Real Madrid empiece a perder puntos en las jornadas que quedan, Europa es lo que nos queda
H