Barça: tres Ligas Saras Jasikevicius, ganadas, dos perdidas uno de los nuestros y una por luchar en el Palau
Antes del confinamiento, el Barça iba líder en cinco de los seis deportes profesionales. En tres de ellos, el título sólo era cosa de tiempo. Precisamente, en balonmano, hockey y fútbol femenino se suspendieron las Ligas y se proclamó campeón al equipo que iba líder. De golpe, 3 Ligas ganadas en un año que pintaba a 6 de 6. Pero el regreso a la realidad ha sido muy duro para las otras tres disciplinas. El nuevo formato de fútbol sala se le atragantó a la sección menos fiable. Un partido y para casa a falta de tres segundos. En el descanso, los de Andreu Plaza ganaban 2-0. La remontada llegó con polémica arbitral. En baloncesto, tras jugar bien y con inteligencia la fase final desgastante en Valencia, se escapó el título a falta de tres segundos, tras ir ganando en el descanso y ver cómo, en el segundo tiempo, cambiaba el criterio arbitral y el Baskonia de Ivanovic iba a más físicamente. Una lástima que, en una temporada donde nos lo pasamos tan bien con el basket, terminara tan mal. Queda el fútbol. El parón se nota en las piernas, el equipo está maniatado por el ADN, Setién parece rendido a las vacas sagradas y el VAR pone de su parte, jornada a jornada. Así las cosas, a falta de 5 jornadas, la tercera Liga consecutiva parece una utopía. Pero lo imperdonable sería no lucharla hasta el final
HDel carismático Pesic al querido Jasikevicius. El relevo ha sido rápido y nada traumático. Se agradece, porque el disgusto emocional ya lo tenemos por no haber ganado esta Liga, con la plantilla que había y habiéndose puesto tan de cara por la eliminación del Madrid. Con Saras y sin Pesic se pierde en experiencia, se gana en liderazgo y se mantiene el hambre por cada partido, cada título y cada rebote. Me sabe mal que Pesic no pueda despedirse de la afición del Palau, en un último paseíllo para la historia. Me satisface, en cambio, saber que su final de etapa ya estaba pactado entre el club y el ‘coach’ y que, de haber ganado -que era la idea-, también se habría ido. Lástima que los jugadores no supieran de su adiós cuando saltaron a la pista. Igual daban el pequeño plus de esfuerzo que les quedaba. Pesic les ha exigido mucho y no se han entendido del todo. Veremos qué pasa con Saras, otro hombre con mucho carácter. En las ocasiones que ha venido al Palau como entrenador del Zalgiris de Kaunas, le hemos recibido como a uno de los nuestros, le hemos aplaudido a rabiar, nos ha puesto las cosas difíciles y también le hemos visto gesticular, chillar, desgañitarse y desesperarse a cada fallo de sus jugadores. No perdona una. Quizá esto es lo que necesita el equipo. No solo el de baloncesto
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