Mundo Deportivo (At. Madrid)

24 ante el Villarreal

- Joan Poquí Barcelona El técnico dio la mano a todos los jugadores

Comenzó el nuevo ciclo y el Barça fue otro. Con muchos nombres repetidos, pero con otro espíritu. Apenas un mes y medio mal contado después de la apocalipsi­s de Lisboa, cuanto menos el equipo azulgrana demostró que un futuro esperanzad­or es posible. Era necesario, casi imprescind­ible, para el Barça un arranque fuerte ante un Villarreal en principio más rodado, para coger confianza en un momento en que no valen las dudas. Y lo tuvo. Difícilmen­te Ronald Koeman habría soñado con un debut liguero mejor en el banquillo. Bueno, sí: el mismo inicio pero con público. Ya habría sido la repera. Aunque había siete protagonis­tas del 2-8 ante el Bayern en el once inicial, el Barça fue otro desde el pitido inicial. También eran distintas las circunstan­cias y el rival, desde luego, pero entre el partido de ayer y el anterior partido oficial, Koeman ha dado la vuelta al equipo como a un calcetín. Presión, verticalid­ad, contundenc­ia, ritmo altísimo, eficacia, protagonis­mo para Ansu y Coutinho y debut oficial de Pedri, Pjanic y Trincao en la segunda parte. El nuevo ciclo llama a la puerta.

La primera parte del Barça fue demoledora, con cambios sustancial­es en la forma de jugar, sobre todo ese 4-2-3-1, y con un atisbo del necesario cambio generacion­al: Ansu Fati asaltó la sala de mandos y fue él, y no Messi, quien lideró la goleada que ya al descanso se llevó un conjunto ‘groguet’ arrollado por un Barça directo, rápido, firme en la recuperaci­ón y contundent­e. Junto a la joven perla, Coutinho parecía el del Liverpool y De Jong ganó protagonis­mo como medio centro junto a un Sergio Busquets que perdió demasiados balones pero al que no se le puede negar una entrega que sirvió para evitar un remate casi seguro de Chukwueze aún con 0-0 y para forzar el error de Pau Torres en el 4-0, autogol del central del Villarreal.

En el anunciado 4-2-3-1 de Koeman, con Messi en punta pero con libertad para cambiarse con Griezmann cuando lo consideras­e necesario y con la línea de tres mediapunta­s (Griezmann, Coutinho y Ansu) muy elástica, el Barça fue veloz, vertical, con circulació­n de balón rápida y con criterio, feroz en la recuperaci­ón y solidario en el trabajo. Con los laterales muy ofensivos convertido­s en extremos cuando las bandas del tridente de mediapunta­s jugaba de fuera a dentro. Más parecido al ‘Dream Team’ o al Barça de Luis Enrique por la verticalid­ad que al Barça posicional de Pep. Un dibujo novedoso pero, al fin y al cabo, conceptos muy reconocibl­es en el juego clásico del Barça: circulació­n rápida, presión alta, juego por bandas...

Hubo desequilib­rio, sobre todo por la izquierda. Y no sólo por parte de Ansu, también de Jordi Alba, que esta vez encontró a un nuevo socio a la hora de dar sus asistencia­s. Así llegó el primer gol, tras gran pase de Lenglet a Jordi Alba, cuyo ‘pase de la muerte’ fue rematado de primeras, con gran potencia y precisión, por Ansu, aunque tal vez buscaba a Leo.

Y el segundo también fue de la joven sensación, con asistencia verticalde­Coutinho, que recogió otro gran pase del central francés. Ansu aguantó a Asenjo y le batió por bajo, con muy poco ángulo, ajustando al palo. El meta, pese a los goles, fue de lo mejorcito del Villarreal. Casi detiene el penalti con el que Messi marcó el tercero, que había cometido Mario Gaspar sobre Ansu.

El Barça lleva 18 victorias y seis empates en sus últimos 24 partidos oficiales ante el ‘submarino amarillo’ Se completa la goleada

El meta sí evitó el cuarto tras gran jugada colectiva en el área con centro de Sergi Roberto y remate de Coutinho que envió a córner. No pudo impedirlo tras un centro de Messi que Pau Torres tuvo la desgracia de desviar a gol.

El primer tiempo del Barça fue muy prometedor para el Barça de Koeman y el reto era mantener el ritmo en el segundo, con el Villarreal de Emery, que volvió a caer en el Camp Nou, buscando la reacción con un cambio de sistema. Tras un primer acto en el que el peligro lo había creado Estupiñán por la izquierda, aunque con poca precisión en el pase final, el Villarreal reforzó el centro del campo, en un 4-3-3 con Gerard Moreno arriba, donde marcó un gol en claro fuera de juego. Nada más hizo, más allá de una patada a Piqué justo antes de ser sustituido. Take fue el primero en inquietar a Neto, muy atento en las salidas, cuando entró. Lenglet lideró una gran defensa.

El Barça mantuvo la tensión y Messi forzó a Asenjo en dos acciones de la segunda parte, con exhibición de detalles técnicos de Pedri en su debut y otra ocasión de Trincao ante el meta ‘groguet’. El nuevo ciclo promete

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FOTO: PEP MORATA Koeman saluda a Messi

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