La lenta adaptación de Pjanic
N Sustituido en el descanso ante el Elche
Después de una insulsa primera parte del Barça ante el Elche y ante la urgencia de ganar el encuentro, Ronald Koeman retocó el once inicial en el descanso y dejó en el vestuario a Miralem Pjanic (30 años), que venía de tres suplencias consecutivas, dos en aplaudida llegada le situaba en el puesto de Busquets, en ese relevo obligado con el canterano, pero los planes de la secretaría técnica chocaron con la visión de Koeman, que en los últimos partidos le ha desplazado al interior, aunque para ello deba sacrificar de pivote a un jugador como De Jong en un puesto al que no se adapta.
Pjanic sigue preguntándose por qué no termina de jugar más. Los 27 partidos disputados le dicen poco. En Liga, apenas 6 titularidades en 17 partidos y aunque en Champions League hizo pleno en la fase de grupos, frente al PSG volvió a ser suplente, entrando a 12 minutos para el final de una goleada en contra.
En la Ciutat Esportiva admiten que Pjanic no se acostumbra a este rol. Está contento de haber fichado por el Barça pero le decepciona no ser más trascendente, “no poder aportar más”. Aunque reservado y tímido, en el vestuario destacan su inteligencia táctica, calidad, elegancia y visión de juego, especializado en pases en largo más que en corto. El resto de jugadores le ve con dotes de mando, falta que Koeman también se convenza
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