No bajemos la guardia

ran partido ante en Sevilla de todo el colectivo, con una inmejorable actitud para vivir la primera moche mágica de un equipo que está en formación. Y también de Koeman, una figura legendaria del club, como entrenador. Pero no hay que bajar la guardia, porque no hay nada hecho todavía. Si en Pamplona no ganamos, es un paso atrás en LaLiga y también en el estado de ánimo del equipo y en su madurez.

Es cierto que el Barça jugó un partidazo el miércoles, del mismo todo que lo había hecho el sábado anterior en Sevilla en Liga. Un 5-0 acumulado en dos días al Sevilla. Pero, sobre todo, lo que más me gustó de la remontada copera fue la ‘pinya’ al final del partido. Eso hace vestuario. Cuando hay unidad, se refleja después en el juego. El equipo de Koeman no sabemos hasta dónde llegará, pero no entiendo a los que dicen que no está para competir.

Tampoco entiendo que aún sigan los lloros de algunos pidiendo tarjeta a Mingueza o penalti de Lenglet. ¡Qué cara más dura!, ¡si antes de la jugada de Lenglet hubo otra de Ocampos peor y nadie dice nada!, ¡sí hubo una agresión a Braithwaite...! Mejor me callo, que la diría muy gorda. No hay que meterse, a veces es mejor apagar la televisión.

Sí quiero destacar a Piqué, inmenso el otro día y un ejemplo su esfuerzo tras su lesión. Un barcelonista como Dios manda, eso lo hacen las personas que sienten el club y Piqué lo siente. Y cada día mejor Mingueza por su atrevimiento. De las elecciones, sólo una cosa: que el domingo sea una gran jornada de barcelonismo por el bien del club

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