Mundo Deportivo (At. Madrid)

Una montaña rusa de emociones con una sonrisa

‘Una vida plena’ es el retrato de Unzué a través de su familia e ilustres compañeros de viaje en su carrera

- Sergi Solé

Pocas personas como Juan Carlos Unzué pueden lograr que leyendas del fútbol poco dadas a sincerarse ante los medios ni miren el reloj para recordar pasajes exquisitos y desconocid­os hasta la publicació­n de ‘Juan Carlos Unzué. Una vida plena’ (Geoplaneta), ya a la venta y cuyos beneficios van destinados a la Fundación Luzón para la lucha contra la ELA, la maldita enfermedad diagnostic­ada el 1 de julio de 2019 que ya empezó a darle síntomas al menos seis años atrás. El relato devora al lector con los testimonio­s del propio Juan Carlos, su familia, y figuras reconocida­s como Luis Enrique, Víctor Valdés, Andoni Zubizarret­a, Txiki Begiristai­n, Pep Guardiola, Monchi y Luis Miguel Arconada, entre muchos otros, recopilado­s y plasmados por Ramon Besa, Marcos López y Luis Martín. “Mi vida ha sido una montaña rusa de emociones”, dice. Son mil anécdotas y episodios desconocid­os se suceden en 199 páginas que generan admiración, emoción e incluso sonrisas, como la que preside la portada y a la que alude el protagonis­ta para cerrar el epílogo.

EN EL SOFÁ COMO ARCONADA

Juan Carlos, menor de cinco hermanos nacido en Orkoien (Navarra), era un loco del ‘cross’ e imitaba a Luis Miguel Arconada lanzándose en el sofá con pelotas de tenis y jugando con medias blancas: “Quería ser como él”.

“EL PORTERO MODERNO”

De Osasuna, pasó al Barça en 1988. Johan Cruyff quería un meta que jugara ya desde atrás. Andoni Zubizarret­a compartió habitación con él en el ‘stage’: “Descubrí en él la pasión por el fútbol. Es el portero moderno de hoy pero en 1988. Su capacidad de trabajo era muy grande, como si fuera a jugar el domingo. Hay personas que prefieren estar tranquilos y otros necesitan retarse a cada momento. Él es de esos. Le llegué a ver un poco frustrado pero hacía tres chilenas al final de los entrenos y se le pasaba”.

LUIS: “MAESTRO Y TRABAJADOR”

De 1990 a 1997 fue al Sevilla. Monchi fue su suplente: “Era un adelantado a su tiempo, un espectácul­o con los pies y manejaba muy bien los espacios”. En el Pizjuán le entrenó dos años (199395) Luis Aragonés y se lo llevó a Oviedo en 1999 tras dos en Tenerife. Luis le dijo a Esteban que sería titular: “Pero le traigo un portero que será su maestro, que es trabajador y un espejo donde mirarse”. El trabajo unió a Unzué y Luis. Incluso no le pidió permiso para ir al parto de su primer hijo, Aitor, hasta que había descanso, cinco días después.

TXIKI: “JAMÁS HA ACTUADO”

Se retiró en Osasuna el mismo día (15/06/2003) que Joan Laporta ganó las elecciones en el Barça, le llamó Txiki Begiristai­n. “Pensé en él, Eusebio, Amor y Guardiola, tíos cojonudos, que no te meten en líos y aprenden rápido. Pep llegó más tarde y ellos ayudaron a Rijkaard. No tenía dudas de que él y Eusebio encajarían bien con Frank. Creó una metodologí­a de porteros para el club”, recuerda Txiki, que le pidió que no le dejara tirado en 2009 cuando sabía que quería ser primer entrenador. Se quedó un año más por él. “Jamás ha actuado, es auténtico. Es increíble su fuerza”, destaca.

ALTA TENSIÓN CON VALDÉS

Víctor Valdés se confiesa en un capítulo imprescind­ible. Su relación con Unzué fue de grandes tensiones y VV hace autocrític­a y le elogia: “Fue una inspiració­n para mí. Es tan noble que si yo pillo a un tipo como el Valdés que él entrenó, en algunos momentos me hubiera dado dos hostias. Yo era un potro salvaje por domar. ¡Qué paciencia tuvo el hombre!”. De Unzué destaca su método: “Los entrenos eran más meticuloso­s y diseñados que los de Frans Hoek (ayudante de Van Gaal). Reflexiona­ba más, analizaba más y explicaba más. Me gustaba porque me ayudaba. Era generoso y siempre pensaba más en nosotros que en él. Trataba a titular y suplentes por igual. Lo daba todo por nosotros”. En la 2011-12, Unzué volvió del Numancia y chocaron de verdad: “Nada me parecía bien. Le reclamaba ejercicios porque algunos no me gustaban. Sé ahora que merecía un puñetazo”. Pero Unzué, ya fuera del club, siempre estuvo. Tras la lesión de cruzados en 2014, llamó a la puerta de su casa: “Debí abrirle la puerta y no lo hice. No quería saber nada de nadie. Vino a apoyarme sabiendo que yo estaba mal. Le dijo a mi mujer: ‘Bueno, pues cuando quiera, sabe que estoy aquí’. Tengo esa espina clavada”.

EL VÍDEO DE LA FINAL DE PARÍS

Valdés desvela que no le gustaban los vídeos. Y menos de errores suyos: “Eso se lo dejé claro. Revivir el error me debilitaba”. Pero Unzué le preparó uno de llegadas al área de Henry, Cesc y Hleb antes del Barça-Arsenal de 2006. “Lo vi un montón de veces. Tuve la sensación de que había jugado la final cuando empezaron a pasar cosas en el partido. El vídeo de Unzué funcionó. A mí, que era impulsivid­ad, descontrol e intuición, en París me iluminó algo. Yo no había sido aquel portero en todo el año. Pero empezó el partido y tuve pausa, análisis, autocontro­l. Medí los tiempos en las salidas, todo”. Unzué hizo héroe a VV.

GUARDIOLA: “ES TAN GENEROSO”

Pep no jugó con Unzué y empezó en 2008 con él como entrenador de porteros por decisión de Txiki. “Siempre quería aprender, preguntaba el porqué de las cosa”. Y se enteró por otros de sus diferencia­s con Valdés: “Lo hizo para proteger al entrenador. Es tan generoso en todo que no tiene un solo reproche. Al contrario, aún lo quiere más. Y Valdés también”. Todos lo querían y Pep dio la orden: “Todos al funeral de su padre. Y Juan Carlos habló. ¡Y de qué manera!”. Un día le fue a ver al Girona y le vio arrastrar una pierna al andar. Ya sabía que tenía ELA pero le dijo: “Tengo unas molestias aquí, nada más”. Además, Pep recuerda consejos para el PSGCity de la pasada ‘semi’: “Me decía que Ederson estaba demasiado atrás”.

LOS CALAMBRES DEL ‘RUSO’

Luis Enrique conoció bien a Unzué en la 2003-04, la última como jugador. En un rondo, este hizo un pase mirando a otro lado. “¿Qué te pasa? ¿Te crees Laudrup?”, le dijo Lucho. Congeniaro­n, salían en bici y un día le llamó ‘Ruso’ por Denis Menchov, ciclista de Banesto, que dirigía Eusebio, hermano de Juan Carlos. Salieron un día con el profesiona­l Chente García Acosta y el ‘Ruso’ volaba. En 2013, la baja del compañero de Luis para la Cape Epic de Sudáfrica en ‘mountain bike’ le hizo pensar en Unzué. Empezaron allí los calambres que más tarde le llegaban durmiendo. Eran los primeros síntomas de la ELA. Le decían que se los mirara. Tras la primera etapa, los calambres le noquearon. Lucho recuerda que “fue a la clínica, con suero y le instaron a retirarse al no poder aguantar seis horas más en bici”. Pero acabaron en el 85º lugar. El asturiano admira cómo está llevando la ELA su amigo: “Es único, muy especial. No se hunde jamás; es como el corcho. Ha decidido llevar la enfermedad de otra manera. Ni se queja ni llora”. Cuando se lo confesó, estuvieron dos minutos abrazados en silencio. Xana, la hija pequeña de Lucho, había fallecido poco antes.

“ME QUEDAN 3-5 AÑOS DE VIDA”

Unzué, que no hizo público un cáncer de próstata al poco de empezar en Girona, empezó el 16 de noviembre de 2015 con las primeras pruebas. El 1 de julio de 2019, en el 30 aniversari­o de su boda, recibió el diagnóstic­o que se olía con su mujer, María, a la que conoció a los 10 años en Orkoien. 17 mudanzas les contemplan. “Fue mi novio desde antes de serlo, desde que nos conocimos”, dice ella. El 15 de diciembre de 2019 lo comunicaro­n a sus hijos, Aitor, Jesús y María: “Apagad la tele, que os quiero comentar algo”. Fue directo: “He de explicaros que tengo ELA. Es una enfermedad incurable, así que me quedan entre tres y cinco años de vida”. Fue el día más duro: “Yo también me rompí”. Lloraron, se abrazaron y luego Juan Carlos les anunció que daría visibilida­d a la ELA para pelear “por los compañeros” de su nuevo equipo.

Zubi valora “sus retos diarios” y Luis lo fichó en Oviedo para ser “maestro de Esteban”

Valdés: “Yo era un potro salvaje y merecía un puñetazo. ¡Qué paciencia tuvo!”

Unzué escondió a Pep sus diferencia­s con Víctor: “Lo hizo para protegerme”

Lucho conectó en bici conélyyale­vioen 2013 síntomas de ELA: “No se hunde jamás”

PACIENTE DE PRUEBA PILOTO

Juan Carlos participa voluntaria­mente en un ensayo clínico para pacientes de ELA en el Hospital Universita­rio de Bellvitge con la doctora Mónica Povedano al frente. Cada ocho semanas allí está para recibir un tratamient­o con el fármaco ravulizuma­b y seguir la evolución de un tipo auténtico. Único ●

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FOTO: MD Chilenas en los entrenamie­ntos
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FOTO: MORATA Luis Enrique Juntos para todo
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FOTO: PUNTÍ Valdés destaca su paciencia
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FOTO: MONTILLA Pep, su generosida­d
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