FINAL FELIZ DE ROSSI
➔ Como había prometido, no derramó lágrimas en su despedida y sí hubo alboroto y celebración en el box ➔ Los pilotos de la Academy salieron con cascos suyos del pasado y 76.226 espectadores le homenajearon
Valentino Rossi avisó el jueves en el Media Day del GP de la Comunitat Valenciana que llorar no entraba en el guion escrito para su última carrera y sí montar un mayúsculo y alegre ‘casino’ (alboroto en italiano). “Espero hacer una buena carrera y llegar al final, pero no puedo predecir qué sensaciones tendré. Seguro que disfrutaré y seguramente reiré, no suelo llorar mucho, es mi talante, y honestamente espero no llorar”, decía. Y ‘The Doctor’ cumplió al pie de la regla con su objetivo. Acabó con un resultado más que decente para lo que fue su año, un top10, recibió el homenaje de los 76.226 espectadores que le despidieron en el circuito de Cheste, de sus últimos rivales y montaron una buena fiesta en el box Petronas Yamaha SRT como si hubiera ganado el título. No había espacio a la tristeza y a los lamentos, tocaba celebrar a lo grande una exitosa vida deportiva.
La última jornada de Valentino como piloto de motos estuvo a la altura de la leyenda que ya es. Deja unos números que van a ser casi imposibles de batir a menos que se enfrenten a otra exitosa y longeva carrera de 26 temporadas. Solo por citar algunos: único campeón en cuatro categorías: 125cc, 250cc, 500cc y MotoGP, piloto de la historia con más podios totales (235), con más victorias en categoría reina (89) y con más podios en la clase reina (199) o único piloto que ha ganado el título de la categoría reina con cuatro tipos de motos: Honda 500cc de 2T, Honda 990cc de 4T, Yamaha 990cc de 4T y Yamaha 800cc de 4T.
Ya se conocían algunos homenajes: la Plaza Valentino Rossi con sus fotos y logros año tras año, el box con sus nueve motos ganadoras, el precioso grafiti con su rostro que pintó Axe Colours (Adrià Bosch) y el zurdo Dottore acabó firmando. Y este domingo se despertó con la sorpresa de que sus pupilos de la VR46 Academy repartidos por las tres parrillas habían elegido uno de sus icónicos cascos para salir a competir, el de 2004 ‘Che Spettacolo’ protegiendo la cabeza de Bagnaia y con el que cruzó meta como ganador.
Ni en su último día quiso perder la costumbre de ver la salida de la carrera de Moto 3 –cuenta la leyenda que es para ver la cadencia del semáforo– antes de retirarse para comer algo y descansar. Y al término de Moto2 ya empezó a crecer la expectación entorno al box Petronas Yamaha SRT, al que entró a saludar el exfutbolista del
Barça, Madrid e Inter, entre otros, el brasileño Ronaldo, su ídolo fuera de las motos y encargado de dar el banderazo a su carrera.
En parrilla siguió la liturgia habitual y se acabaron quedando su pareja Franci, que ejerció de paragüera con la pequeña que esperan en su viente, su fiel Uccio y su jefe técnico David Muñoz. Salió bien desde la décima fila de la parrilla y en las primeras vueltas rodaba solo tres décimas por vuelta más lento que los de cabeza precediendo siempre a su fiel Morbidelli.
Mejorar el octavo de Austria en la carrera que hizo especial la lluvia se le estaba escapando, pero tras la travesía del desierto de los GP anteriores en que salvo Misano-2, su despedida en casa, apenas llegaba a los puntos ese top-10 fue un lujazo. Y cruzada la meta le esperaba su nucleo duro, se pararon todos los pilotos y los abrazó uno a uno. Y en el box Petronas Yamaha empezaron los cánticos futboleros de ‘Valeee, Valeeeee’ o el himno del Napoli ‘Ho visto Maradona’ en versión Valentino: “Oh mamma, mamma, mamma, ¿sai perché mi batte il cuore? Ho visto Valentino, ho visto Valentino, eh, mamma, innamorato so’. Lo cantaban sus amigos, el equipo y sus chicos de la Academy mientras los tres ducatistas subían al podio, preámbulo de una noche valenciana cañera
Ronaldo fue el encargado de dar el banderazo de cuadros a su carrera deportiva