Sesión continua
Me entristece pensar en el colectivo de guionistas de Netflix. ¡Pobres muchachos! Se pasan semanas encerrados en cuartuchos sin casi ventanas ideando todo tipo de rocambolescas series y resulta que la realidad del día a día, como en el Barça, supera cualquier rebuscada ficción sin necesidad de invertir tanto tiempo. Y no lo digo por el regreso de Alves a los 38 años después de la contratación de otros ocho laterales derechos, de 100 millones de euros gastados y justo un día después de que desde el mismo club se dijera que sería una mala señal (por su edad) si volviese. Me refiero a todo lo que le está pasando a Abidal.
Fichó por el Barça formando como titular en el mejor equipo de la historia, se recuperó de una enfermedad gracias a un trasplante de hígado que le donó su primo, de quien poco se sabe, le investigó la fiscalía, acabó de secretario técnico de
Bartomeu después de ir en la candidatura de Laporta ,selas tuvo con Messi, soltó que la plantilla entrenaba poco, como así era, le despidieron por eso y ahora su nombre aparece en el caso Hamraoui,
en un presunto papel de amante, con su esposa de por medio. Es difícil de superar, ni el más laureado escritor. Comparando este caso con series famosas, la trama de ‘La Casa de Papel’ pierde espectacularidad al lado del mismo Barça, ‘El Juego del Calamar‘ es tan aburrido como ver al Madrid en Europa y ‘Lupin’ tiene menos misterio que el futuro de Luuk de Jong.
Es lo bueno que tiene ser culé. La sesión es continua. Ah, y las palomitas corren a cargo de
Piqué, como en aquel documental de producción suya sobre la decisión de
Griezmann ●