La Real más pobre se complica la vida
Mal partido y derrota en Mónaco del conjunto ‘txuri urdin’, que se jugará la clasificación a dieciseisavos contra el PSV en Anoeta
➔ Un mal partido en Europa es sinónimo de perder. Destino inevitable para la Real más pobre del ejercicio. Inoperante en la mayoría de un duro partido contra un buen Mónaco. La posibilidad de ser primeros ya no existe porque el cuadro de Kovac consigue el liderato matemático con su victoria. Para seguir en la Europa League será necesario ganar al PSV en Anoeta y como premio de consolación queda el acceso seguro a la Conference.
Pese a que Imanol armó a la Real con la alineación más poderosa posible más la irrupción de Ryan en la portería, la respuesta fue frágil en la primera mitad. Como si fuera un preludio, Ben Yedder penetró en solitario en el área, por un flanco derecho de la defensa desguarnecido. Zubimendi salvó el gol y sólo era el minuto 5. La Real se puso a perder balones de alto riesgo en su campo. El Mónaco se adueñó del duelo porque jugaba más agresivo y con mayor rapidez.
Quien dice marcha, dice gol. Y llegaron tres de golpe. El sino de la noche no era casual y la Real salió damnificada en un cuarto de hora descontrolado. Ben Yedder y Golovin conectaron para servir el 1-0 a Volland con la zaga realista abierta en canal. Isak empató por sorpresa, puesto que los txuri urdin estaban en la lona, tras una brillante maniobra de Januzaj. Un espejismo. El Mónaco sacó una falta tres minutos después, Badiashile, un gigante, prolongó y Fofana remató a la red.
Entraron Gorosabel y Barrenetxea por Zaldua y un intrascendente Silva y la Real mejoró. Sobre todo por la aportación del extremo , un manantial de regates para romper por la izquierda.
Merino, otra pieza elemental que desapareció del mapa inesperadamente, encontró a Isak en el 59’ y el remate del sueco rozó el poste porque Maripán entorpeció la acción. A punto se quedó de empatar la Real, más dominadora.
La desajustada defensa durante la primera parte fue letal para los donostiarras
Que se lesionara Badiashile, un muro empotrado, ayudó.
A la Real también le castigaron los problemas físicos porque Isak fue cambiado, renqueante. Sorloth y Portu fueron los dos últimos cartuchos de Imanol.
Definitivamente se diluyó la Real según se acercaba el final. Llegó al campo del Mónaco, pero sin crear peligro. De hecho, las dos mejores opciones en las postrimerías fueron locales, de Boadu y Volland. Le Normand y Oyarzabal perdonaron a la desesperada ●