La receta para el Barça es fácil: goles
Pues sí, otra vez el PCR y atención a cualquier momento y relación. Hay que luchar a tope, como lo hacen en la isla querida, aunque con tanto terremoto y lava están acercándose al KO psicológico. Es lo que no podemos hacer en Can Barça. El resultado del sábado nos acercó a esta situación. Fue inesperado. Como dice Xavi sucedió en el momento en que más atacaba y mejor jugaba el equipo. ¿Y por qué sucedió? Este juego, que es sencillo y complicado, tiene dos bases inalterables. Hay que conseguir que el equipo contrario no meta el balón en el recuadro de madera con redes que tú defiendes y hay que intentar colarlo en el que defiende tu adversario. Qué tontería, podéis pensar. Sí, es tan sencillo, que parece una tontería. Sin embargo, es la base de la satisfacción o la insatisfacción. Desde hace tiempo nuestra plantilla ha ido perdiendo efectivos importantes en diferentes lugares. Mientras ha estado Messi sus goles tapaban estas carencias. Al no continuar esta temporada, el efecto salvador de Leo se ha perdido y entonces el poder colocar el balón en la portería rival es casi una imposibilidad del equipo. Se ha cambiado el entrenador, porque cuando no hay goles, el primero que recibe es el del banquillo. Ha llegado Xavi, otro de los nuestros. La satisfacción mediática tiene que concretarse en el terreno de juego. Una parte puede depender de los sistemas, pero si no tienes el que la meta allá enfrente, acabas sufriendo. Esta es una realidad difícil de arreglar en plena temporada y más, si como parece, las condiciones económicas son negativas. El objetivo de este año, lo escribimos al principio de temporada, es quedar entre los cuatro primeros. Ya sé que no es lo que piensa el soci de nuestro club, pero hay que ser realista. Y también decirle a nuestro equipo que no por querer ganar a toda costa hay que aflojar detrás. El día del Benfica nos perdonó Seferovic, mientras que el Betis fue más duro y la desesperación de nuestro ataque nos mató a la espalda. Paciencia y adelante ●