El Valencia regala menos y se lleva los tres puntos
➔ Los errores en defensa volvieron a condenar a un Celta que no remonta el vuelo
➔ El Valencia se llevó los tres puntos de Balaídos al imponerse al Celta por 1-2 tras un partido en el que los errores defensivos castigaron a ambos equipos y en el que un exjugador celtiña, Maxi Gómez, rubricó la remontada.
Arrancó el encuentro con un Celta que intentaba tener el balón pero que no encontraba espacios en la tupida tela de araña del Valencia. Complicado que llegara una clara ocasión para ambos equipos a no ser que hubiera algún regalo, como así fue.
En el minuto 11, un error en la salida desde atrás de Alderete hizo que el esférico fuera robado por Brais Méndez. Este cedió a Iago Aspas, que se internó en el área, hizo una ‘bicicleta’ a Guillamón y superó a Cillessen con un chut raso y cruzado. La acción tuvo su ‘miga’, pues además de marcar el delantero se lastimó el adductor derecho. Consciente de que estaba advertido de sanción se quitó la camiseta para celebrar el tanto, viendo la correspondiente tarjeta amarilla para perderse la próxima jornada por acumulación de amonestaciones. Cuatro minutos después Aspas dejaba el césped.
Al Valencia le tocaba remar a contracorriente y las expectativas eran poco halagüeñas, pero también se encontró con un regalo a la hora de empatar. Así, en el minuto 19, Araujo cedió el balón a Dituro, quien presionado por Maxi Gómez lo despejó de forma defectuosa, dejándoselo a pies de Hugo Duro, quien con un potente chut no tuvo problemas para firmar el 1-1.
Tras el paso por los vestuarios el Valencia pareció meter una marcha más que el Celta y pronto obtuvo recompensa. Y, claro, también gracias a un fallo de su oponente. En esta ocasión fue Kevin el que no controló el balón en la banda derecha, Gayà le robó la cartera y puso el esférico en el área, donde Maxi Gómez evitó a Araujo para acto seguido superar a Cillessen (min. 52). El uruguayo no dudó en pedir perdón a la que fue su afición.
Iago Aspas marcó, se lesionó en la acción y provocó una amarilla, la quinta del ciclo
El Valencia había hecho lo más difíci, y de ahí al final era cuestión de guardar la ropa y no cometer más errores en defensa. Coudet metió en el campo toda la pólvora que le quedaba (Solari y Nolito), mientras Bordalás apuntaló la medular con Racic, quien a punto estuvo de marcar, pero su chut se fue lamiendo la base del poste. En el Celta tendría una ocasión clarí- sima Santi Mina, aunque apareció Cillessen con una gran interven- ción para evitar el empate.
El 1-2 resultaría inamovible en Balaídos, que vio volar el triunfo rumbo a Valencia para un equipo que se sitúa octavo en la tabla, con seis puntos más que un Celta que sigue sin levantar el vuelo ●