La razón es de los dos
Josep M. Artells
INIESTA VOLVIÓ A SENTIRSE en el centro del universo futbolístico con la selección. Ante Italia, Lopetegui tejió una red de seis centrocampistas cuidadosos con el balón, todos ellos dotados del mismo lenguaje de toque corto y asociativo (Isco, Asensio, Koke, Silva y los blaugrana Busquets y Andrés). Iniesta jugó 65 minutos pletóricos y disfrutó combinando con una experiencia que no le desgastó especialmente y neutralizó al siempre peligroso combinado ‘azzurro’. Frente a Liechtenstein fue diferente, estuvo 90 minutos en el campo llevando la batuta desde el callejón del ‘8’ y acabó el partido con el brazalete de capitán. A sus 33 años tiene Rusia a la vista, su cuarto Mundial, pero su felicidad contrastó con el seco ‘no’ de su llegada al Prat al ser requerido sobre el principio de acuerdo de su renovación.
NO ES NECESARIO CREAR UN conflicto donde solo hay una negociación. Seguramente tanto Bartomeu como Iniesta tienen razón, cada uno a su manera. El presidente se creyó legitimado en la entrevista a MD para afirmar que hay avances positivos en las conversaciones. El club sabe que está tratando con un símbolo barcelonista que llegó a los 12 años de Fuentealbilla para instalarse en la Masia y con el ídolo que marcó el mítico gol con el que La Roja ganó en Sudáfrica-2010. Las partes han dado pasos para acordar que el capitán tenga una prima de renovación, como las que obtuvieron Leo, Masche, Suárez ,o Busi y, además, como era su deseo, tendrá la potestad de renovar año a año o iniciar una nueva aventura si lo desea.
LA FALTA DE LA FIRMA hace que Iniesta no quiera dar el acuerdo por hecho. Y hace bien. El jugador quiere ir despacio y comprobar sus sensaciones dentro del equipo, así como el protagonismo que tendrá y cómo encaja en las ideas de Valverde. Y por otra parte, como ocurre con otros jugadores, podría incomodarlo sentirse utilizado en medio del clima de una moción de censura