Dos letras, una palabra
A lo tonto a lo bobo, jueves. Dentro de dos días derbi y, por muy optimista que uno quiera ser, el BarçaEspanyol del sábado no puede verse como un partido cualquiera. Habría que recibirlo más centrados en el tema, pero en el Barça no hay sosiego. Lío con el cierre de mercado, objetivos no cumplidos con las incorporaciones, errores admitidos con las salidas, aparente solución legal al folletín Messi (con la firma del padre pero sin foto del hijo) y, automáticamente, nuevo frente abierto. Iniesta.
El presidente dijo el martes en MD que tenía un principio de acuerdo con Andrés para la renovación del capitán. Iniesta, que volvió ayer casa después de jugar con La Roja, no necesitó ni una larga parrafada ni una extensa argumentación para, aunque fuese por caridad, matizar discretamente a Bartomeu y evitar que quedase mal. Al contrario. Fue letal. Como uno de sus pases de la muerte. Le bastó con lo menos que se despacha en zascas: una palabra, dos letras: “No”. Un no, naturalmente, referido al acuerdo que había comentado el presidente en cuestión.
Nuevo episodio, pues, para avivar el fuego de la confusión que, seguro, Benedito aprovechará mañana cuando vaya a por las papeletas de la moción de censura. Los medios le daremos la opción de largar lo que quiera y lo que querrá será aprovechar el nuevo traspiés de Bartomeu para arañar unas cuantas firmas que le acerquen al objetivo de las más de 16.000 que necesita.
Y al día siguiente, fútbol. Tenderetes en el estadio para la recogida de avales, tensión en las gradas y presión para los jugadores, porque el sábado va a ser un mal día para equivocarse. No es el momento de perder puntos. Desde la sala de juntas, paralelamente, se intuyen gritos de dimisión (que entienden orquestados) como los que se escucharon en la presentación de Dembélé, pero en el palco parecerán todos tranquilos... por más que la procesión vaya por dentro. Bartomeu ultima un plan para mejorar la fachada de la imagen global. Cambios y enésimos recambios en el fútbol profesional que afectarán a justos y pecadores Entre los que saltarán y los que meditan irse (de ahí y de otras áreas) al final, tras la moción, no quedará ni el apuntador. Y se adivinan también más cambios donde más ha habido. En comunicación, un campo, por cierto y por lo visto, en el que quien más debe mejorar es el presidente