TRÁMITE SUPERADO
Un gol de Paco Alcácer resuelve ante un Sporting decepcionante en un partido que acaba con autogol de... ¡Mathieu! Valverde volvió a dosificar a Messi, que comenzó en el banquillo, hizo pruebas y dio rodaje a la pareja Piqué-Vermaelen
Da un poco de vértigo imaginarse cómo será el mundo post-Messi. Valverde aprovechó el trámite ante el Sporting de Portugal para probar. Le dosificó nuevamente en la última jornada de la liguilla de la Champions, en un partido que tuvo fases de entrenamiento con público. Leo jugó la última media hora, pero fue Paco Alcácer quien resolvió el trámite, poco antes de que el argentino entrase en acción. Un cabezazo impecable, de ‘nueve’ puro, tras córner lanzado por Denis Suárez, que volvió a reivindicarse, doblegó a un Sporting muy decepcionante. El valenciano casi marca otra vez a un minuto del final, a pase precisamente de Leo. Fue, sin embargo, Mathieu, en una cruel broma del destino, quien se marcó el 0-2 en propia puerta tras otro centro de Denis que buscaba a Alcácer en la última jugada.
Los portugueses, tal vez desanimados por el tempranero 0-1 de la Juve en Grecia, parecían estar de torneo veraniego pese al frío, mientras el Barça se aplicaba en dominar. Valverde aprovechó para hacer pruebas, como poner a Busquets un rato como central. La gracia de la noche estaba en esas pruebas. También en que algunos de los futbolistas menos utilizados hiciesen acopio de minutos, en que la pareja Piqué-Vermaelen, de lo mejorcito del partido, fuese acumulando automatismos y en la vuelta de André Gomes tras su lesión. Se esperaba un plus por parte del centrocampista, motivado por jugar ante el Sporting de Portugal, eterno rival de su Benfica, igual que Semedo, que se pasó de frenada y vio una tarjeta que le impedirá jugar la ida de octavos. Fue en la última media hora cuando Valverde rotó a Piqué y probó como central a Sergio Busquets.
Llamó la atención que Luis Suárez, a diferencia de Messi, no tuviese descanso, como no lo tuvo Rakitic, mediocentro experimental, mientras Denis Suárez, como interior, se constituía en el jugador más clarividente de los veintidós sobre el césped. Seguramente el técnico barcelonista quiso apurar las opciones de que el uruguayo se reencontrase con el gol. Pero sigue con su particular brega sin resultado, pese a lo cual fue despedido con una cariñosa ovación al ser sustituido.
La salida del Barça fue intensa, ante un Sporting que sorprendentemente se presentó sin su principal estrella, Gelson Martins, y sin el delantero que disputó la pasada temporada la Bota de Oro a Leo Messi, Bas Dost. Como Messi tampoco salió de inicio, era como si ambos entrenadores se hubiesen puesto a acuerdo en reservar su pólvora. En el caso de Valverde, tenía todo el sentido del mundo; en el del técnico portugués, no. Tal vez esperaba sorprender al Barça cuando estuviese más cansado. La estrategia fue tan absurda como ineficaz. El Sporting tuvo una sola ocasión, ya con 1-0 en el marcador, al rematar, solo en el área, Bas Dost un centro de Gelson, en el único desajuste defensivo azulgrana. El paradón de Cillessen, una exhibición de reflejos, fue antológico.
Una hora de dominio insulso
Durante mucho rato, pese a la puesta en escena del Barça, con Aleix Vidal en el extremo buscando internadas, el conjunto barcelonista dominaba, pero sin crear peligro más que en sendos disparos altos de Denis y Aleix, en un remate desviado de André o en un mano a mano de Luis Suárez ante el meta Rui Patricio.
Pero no fue el uruguayo quien rompió el eurobostezo en que se estaba convirtiendo el partido, sino Paco Alcácer. Y acto seguido entró Messi y, ya con 1-0, el público se divirtió con detalles del crack, que se situó como ‘falso nueve’ y generó varias acciones de peligro, así como con el tramo final de partido más que notable por parte de Denis Suárez. El autogol del pobre Mathieu, a centro precisamente de Denis, fue el colofón a una noche poco habitual. La nota desagradable fue el regreso al Camp Nou de Coentrao