Una pasión como estímulo para dar el gran salto
Serie MD/La nueva generación del deporte español Aleix Porras, quien en 2016 batió el récord de Europa juvenil de 400 vallas, busca asentarse a nivel absoluto
La disciplina como guía para crecer. Aunque apenas tenga un día libre a la semana. Por delante están los sueños y los de Aleix Porras Cantons (11 de septiembre de 1999) van a toda velocidad. Y con obstáculos. Pero estos va superándolos con tesón y esfuerzo en el deporte que ama, el atletismo. Es su pasión y en él quiere centrar su futuro. Pero Aleix tiene claro que el compromiso es clave para alcanzar sus sueños. “Entreno alrededor de dos horas seis días a la semana. Hago unas dos sesiones de gimnasio y otras dos de trabajo láctico”, explica. Se prepara a las órdenes de su padre, Salvador, en su Lleida natal. No se plantea ingresar en un centro de alto rendimiento. “Estoy a gusto con él, que es quien me ha traído hasta aquí. Mi padre no puede dejar su trabajo para ser entrenador. Cuando algo va bien no hay por qué cambiarlo”, cuenta.
Porque ha sido en casa donde se le ha inculcado el amor por el atletismo y por unos valores que lleva grabados a fuego. El sacrificio es innegociable. “Realmente, lo que he hecho es dejar de hacer cosas que me gustaban para hacer otra que también me gusta como el atletismo. Lo de los entrenamientos, el no salir de fiesta como cualquier chico de 18 años, la alimentación... No lo considero un sacrificio”, dice. Porque, al fin y al cabo, hace lo que le gusta. De inculcarle ese amor por su deporte se han encargado sus padres y su hermano Gerard, también atleta. Aleix se decantó por el atletismo de pequeño, cuando también mostraba buenas dotes con el balón de baloncesto. El plus de la ayuda de Salvador fue un punto a favor. Eso sí, el papel de padre y el de entrenador quedan diferenciados. “Si algún día discutimos en las pistas o en casa no se traslada al otro lado”, afirma tras reconocer la exigencia del Salvador entrenador.
Aleix compite en 400 vallas, a pesar de que son muchas las pruebas que ha probado con anterioridad. Pero en su disciplina actual puede explotar sus principales características, como controlar el ritmo, exprimir su velocidad y saltar. Su polivalencia ya ha tenido premio en las categorías inferiores. Precisamente, hace un par de años voló hasta establecer el récord de Europa juvenil de 400 vallas en 50.38 segundos. Sin embargo, él mismo considera que su potencial es todavía mayor. “Me pareció muy buena marca, pero esa temporada podría haber corrido más”, dice mientras sueña con exprimir su potencial. “Un récord de Europa juvenil parece impresionante, pero lo que importa son las carreras a nivel absoluto”, explica.
El reto de la categoría sénior
Aleix no pudo rebajar el año pasado sus tiempos, pero ya está adaptándose a esa categoría absoluta. La subida de la altura de las vallas jugó en su contra en la llegada a esta. “Creo que estaba más en forma de lo que luego corrí”, lamenta. Por ello, apunta alto. “Quiero ser ambicioso. Mi objetivo este año puede ser la mínima del Europeo absoluto, que es 50.10”, avisa.
Mientras lucha por su tiempo soñado, va ganando experiencia entre los grandes. De hecho, ya estuvo hace unas semanas en el Mundial de pista cubierta de Birmingham formando parte del relevo de 4x400. “Es algo que me ha cambiado la forma de ver el deporte. No es lo mismo competir en categorías menores que cuando vas allí y estás con referentes a nivel mundial”, cuenta. Poder compartir un gran campeonato absoluto con ellos ha reforzado su idea de que el atletismo es su prioridad, si bien intenta compaginarlo con los estudios de ADE. Eso sí, tampoco renuncia a los campeonatos por edades y este año el reto principal es el Mundial sub20 de Tampere (Finlandia). No se plantea un puesto determinado. “No me gusta especular con objetivos; cuando los cumples tampoco te sientes satisfecho, porque quieres más, y cuando no lo haces te entristeces. Pero quiero estar en la final”, especifica.
Y, si lo logra, tocará seguir creciendo. Tiene claros los ambiciosos escalones con los que sueña. “Me encantaría estar en Tokio 2020”, apunta. Y sigue. “Todo atleta busca llegar a lo más alto posible y cumplir los máximos sueños, que son ser campeón olímpico y del mundo”. No le supone presión admitir objetivos tan altos, porque considera que el atletismo es algo más que un deporte: es parte de él. “Soy lo que soy gracias al atletismo y se lo debo todo a él. Me ha hecho ser como soy y como seré mañana”, añade. Es el deporte que le define. En el que espera triunfar. El que espera que, además de su pasión, se convierta en su modo de vida ahora que llega su gran salto a la élite
Aleix Porras ya estuvo en el pasado Mundial de pista cubierta y sueña con el Europeo