Partidazo del VAR, Busquets e Isco
Ganar. Eso era lo importante. Ganar y golear, no. La prioridad de la selección era vencer a Irán. No fue fácil. La previa estaba llena de optimismo y muchos ya hablaban del cruce de octavos. Malo. En la primera parte el combinado español salió con paciencia, otra palabra difícil en un Mundial. Lo importante era ir a por el encuentro desde el minuto uno. Eso se hizo tras el descanso y un gol afortunado de Diego Costa permitió un gran triunfo. España está ahora a un punto de pasar a octavos. Cumplió el objetivo y es líder del grupo gracias a que tiene una tarjeta amarilla menos que Portugal. El ‘fair play’ le ha dado el liderato a un equipo que tiene mucho fútbol, pero que ayer no lo visualizó y que también ganó gracias al VAR que el árbitro consultó y permitió anular un gol que se había logrado en fuera de juego, mientras todos los futbolistas iraníes lo celebraban con lógica desmesura.
Observar el fútbol de Busquets e Isco fue un placer. Los dos jugadores dieron un recital en el partido más difícil de la selección hasta el momento. Se necesitaba la tranquilidad y ayuda de Busquets a los centrales y la habilidad de Isco para abrir líneas y estuvieron los dos en un trabajo excelente. Irán se cerró toda la primera mitad y salió a por el partido en la segunda. España no está defendiendo bien. La opción de Hierro de alinear a Lucas Vázquez fue un acierto para abrir el campo, pero dejó fuera a Koke, un hombre que aporta mucho al mediocampo. Irán llegó en varias ocasiones al área y creó mucho más peligro del previsto. Pero el VAR, Busquets e Isco fueron clave.
Los defensas de España estuvieron a la altura, pero el sistema defensivo del equipo ha perdido aquella presión impresionante que ejercía el mediocampo. Es cierto que ayer, en el primer tiempo, se produjo un monólogo, con una selección muy cerrada y un ataque estático permanente. Tras el descanso, el fútbol español fue más directo. Pero si ante Portugal se pudo ver buen fútbol, ayer fue un partido de futbolistas y máquinas. El VAR ayudó a que el resultado final fuera justo y Busquets e Isco hicieron el trabajo necesario. Y Diego Costa marcó su tercer gol en el Mundial y peleó con toda la defensa de Irán, la selección de Queiroz, auténtica revelación de esta primera fase