El padre de Coutinho le pagaba por cada gol
1- En el Vasco, prefería pasar a sus compañeros que chutar a puerta 2- Se tatuó en el cuello su lema de vida: coraje 3- Con cuatro años se cayó a una cisterna llena de agua con su bicicleta... y sobrevivió de milagro
Ze Carlos Coutinho no se lo podía creer. Otra vez el pequeño Philippinho do Rocha, como llamaban a su hijo en la escuela del Vasco de Gama, había driblado a medio equipo y solo ante el portero había pasado la bola a un compañero en vez de chutar. ¡Otra vez! No había forma que buscase el gol. Le encanta driblar, construir la jugada, pero no necesitaba el placer de culminar. Hasta que Ze Carlos inventó una estrategia para estimular a su hijo: le pagaría reales por cada gol... y el invento casi le arruina. Empezó a probar desde fuera del área y le gustó tanto el sonido del balón al golpearlo con fuerza que se convirtió en su especialidad. Coutinho es la estrella de Brasil en el Mundial, por lo menos en el terreno de juego. Está siendo el más decisivo. Con dos goles, escogido MVP en los dos partidos de la canarinha, el azulgrana lidera a Brasil mientras Neymar se pierde en mediocridades.
Coutinho pasó diez años en el Vasco de Gama, desde los 7 a los 18 años. Allí estudiaba y era uno de los alumnos más aplicados. “Nunca bajaba de 7”, recuerda su madre, doña Esmeralda, que también ha viajado hasta Sochi acompañando a la esposa de Coutinho, Aine, su novia desde los 14 años.
Nació cuando sus hermanos ya eran mayores así que se convirtió en el juguete de casa, aunque a punto estuvo de dar un disgusto a la familia cuando con 4 años cayó en una cisterna llena de agua con su bicicleta y sobrevivió de milagro.
Se tatuó en el cuello su lema de vida: coraje. Que es lo que necesitó para superar su primera experiencia europea en el Inter y lo que demostró en la cesión al Espanyol, justo para que Liverpool viera en él el crack que es.
En el Barça convive con el pre- parador físico que cuida de que no gane peso y de que su tronco inferior conserve esa potencia de chut que le hace especialmente espectacular. Pero verán más goles de Coutinho desde dentro del área, casi todos los videos que tiene la familia de Phillipinho niño es driblando en fútbol sala y en espacios cortos es una auténtica delicia.
Coutinho es la antítesis de Neymar, con el que convive desde el 2009 y con el que se lleva de maravilla. Coutinho es discreto en su vida privada, se ha integrado de maravilla en el grupo de Luis Suárez y Messi con los que comparte cenas familiares donde los niños son los protagonistas - él tiene una niña, Maria-. Incluso en el Mundial cuando le preguntan por su gran inicio de campeonato, él habla del grupo, del equipo y de Neymar, “el que nos da alegría”, porque siempre ha sido así, siempre ha buscado pasar desapercibido... hasta en el campo. Sólo así se entiende que su padre, Ze Carlos, el hombre más orgulloso del Swissotel de Sochi tuviera que pagarle por cada gol que marcaba porque a su hijo marcar le importaba bien poco, él quería divertirse con la bola. Ahora papá ya no le paga, ahora sabe que para ser campeón del mundo tiene que hacer gol