Miranda es el capitán de Tite
1- Llevará el brazalete por su carácter: era uno de los cracks del Cholo Simeone
2- El menor de 12 hijos, le afectó muchísimo la muerte de su hermano mayor electrocutado
3-El seleccionador lo considera fundamental
La debilidad de Adenor Leonardo Bacchi, Tite, es Joao Miranda. Indiscutible en el once de la canarinha desde que el seleccionador se hizo cargo de Brasil, es indispensable no sólo porque forma con Thiago Silva una pareja de centrales con el más bajo promedio de goles recibidos, sino que además tiene ese carácter duro y competitivo que tanto le gusta al técnico.
Miranda presume de ser un discípulo de Diego Simeone, era esencial en el Atlético que hizo grande al Cholo, demuestra ese carácter que le hace parecer más argentino que brasileño en algunos lances del partido; no se arruga y aguanta anímicamente al grupo. Por todo esto será el capitán de Brasil ante Serbia, por eso Tite lo miraba con orgullo mientras respondía con dureza a las críticas a Neymar. “Ney lloró por felicidad pero en cualquier caso lo importante del partido ante Costa Rica es que ganamos, pero eso es ya pasado. Tite nos ha dicho lo importante que es vivir con emotividad, las emociones forman parte del fútbol, no tenemos que avergonzarnos”.
Miranda sabe de decepciones. Scolari lo dejó fuera de la lista del Mundial de Brasil en la última convocatoria, igual que Dunga. Tite fue al único jugador al que le dijo: “Será tu Copa”.
Miranda tenía seis años cuando le prometió a sus padres que un día sería protagonista en el Mundial. “Cuidaré de vosotros, mai”, le dijo a su madre. Acababa de morir su hermano mayor, era futbolista y trabajaba en una fábrica para ayudar a la familia con un sobresueldo. Murió electrocutado con 24 años.
Joao Miranda era el pequeño de doce hermanos. “Menos mal que mis padres quisieron tener un equipo de fútbol... y un jugador en el banquillo”, bromea. Con su primer sueldo como futbolista compró cuatro casas en su calle de toda la vida, allí vive toda su familia.
“Somos la seleçao, estamos habituados a la presión - decía con aplomo- Jugaremos contra Serbia para ser primeros”. Y Tite, nada más terminar de hablar, añadía: “¿Entendéis? Es mi capitán”