Argentina es la República Independiente de Messi
Leo pasó por delante de los periodistas escoltado por Marcos Rojo y, al descubrir a esta enviada especial entre la marabunta, el abrazo que sirve para saber como está Leo, no el futbolista, no la estrella: la persona. Un abrazo largo, que llamó la atención de la prensa internacional porque no acostumbra Lionel a expresar sus emociones en público. Hasta que llegó Nigeria, hasta que llegó el partido del drama, ese encuentro en el que una generación podía despedirse del fútbol marcada con el sello de la vergüenza. Y Leo se desinhibió, decidió que lo resolvía él, que aparcaría sus frustraciones, porque no era sólo una cuestión futbolística que tiene un recorrido limitado (porque el equipo es lo que es), había otras muchas cosas en las que debía implicarse y responsabilizarse. Aceptó ante Nigeria que sería el líder, el capitán. Aceptó la ‘Messi-dependencia’ pero no sólo en el campo, más aún fuera. Argentina se convertía en la República Independiente de Leo Messi.
Empezó durante la semana, con el diálogo con Sampaoli. Había iniciado el seleccionador el Mundial equivocándose hasta en la estética, porque mostrar sus tatuajes en plan macarra no sólo afeaba la imagen de la selección además enviaba un mensaje distorsionado: sólo le importa la estética. Y lo grave es que no había sabido arreglar lo único por lo que está ahí: el juego de la albiceleste. Messi le dijo a Sampaoli que necesita que le llegasen balones y recuperó a la vieja guardia, con Banega, con Di Maria, con el Pipita. Antes del partido, Leo reunió a sus compañeros: “Toquémosla, con tranquilidad, mirémonos, sin presión, al pie, a los espacios”. Una charla que nunca daría en el Barça porque son obvios los conceptos. Después en el campo no se puede decir que supieran inter- pretar el juego de Leo, más bien que Messi bajó a la tierra y se adaptó a su realidad con la selección.
Exhibió el liderato abrazando a Mascherano, esta vez fue él el padre. Abrazó también a Sampaoli, que se acercó a Messi en el minuto 78 para preguntarle: “¿Lo hago jugar al Kun?”. Messi ha asumido que debía instaurar en la albiceleste la República Independiente de Leo Messi. Y todos le siguen