Modric, las formas y el Monopoly
El jugador se fue al Mundial decidido a no volver al Real Madrid. El club, a pesar de estar molesto, le ofrecerá mejorar su ficha y otro año más de contrato
En la segunda década del Siglo XXI ya no hay resquicio para lo irrealizable. Todo, absolutamente todo, es posible en este globalizado universo-fútbol. Y si no que se lo pregunten al Real Madrid que montado en la gloria de su tercera Champions consecutiva contempla a sus pies un corrimiento de tierras más propio de la depresión de la derrota que de la euforia de la victoria.
Quién podría ni siquiera imaginarse que de un club que acaba de hacer historia se quieran ir, y se vayan, sin motivos públicos aparentes, su ensalzado entrenador, Zinedine Zidane y su gran estrella, Cristiano Ronaldo . Y, además, aún queden rescoldos en el fuego como para que otro jugador notable, Luka Modric, también sopese la posibilidad de cerrar la puerta por fuera.
Por el camino también ha surgido el ‘caso Kovacic’ de calado mucho menor y resuelto con una cesión al Chelsea por una temporada. Ahora lo que realmente tiene al madridismo pidiendo hora a los profesionales del diván es el deseo de Modric de salir corriendo… a un club, el Inter, que ni competitiva ni económicamente tiene comparación con el Real Madrid y ofrece unas condiciones de cesión-compra más propias del Monopoly que del mercado de verdad.
Peliagudo proceso el del futbolista croata, elegido mejor jugador del Mundial de Rusia. Indagando en la materia se entera uno de que Modric se fue con su selección con la decisión tomada de marcharse del Real Madrid. Tal cual. Irse para no volver. Sin darle más trascendencia al hecho de que tenía un contrato firmado hasta 2020 y una cláusula de indemnización de 750 millones.
El croata ha sido un jugador ejemplar en su comportamiento desde que llegó al Real Madrid tanto dentro como fuera del terreno de juego. Querido y respetado en el vestuario, valorado en las más altas instancias del club por su sentido común y con ascendencia directa sobre sus entrenadores precisamente por su compromiso y saber estar.
Por supuesto, él tenía y tiene sus razones para querer marcharse. La primera, el orden de los factores no debe alterar el producto, buscar un nuevo reto deportivo en un club que no tenga las exigencias del Real Madrid pero que al mismo tiempo le pueda ofrecer un último gran contrato profesional de su carrera.
Segunda, sus diferencias con la Hacienda española con la que mantiene un litigio por las reclamaciones que le han presentado por diversos conceptos, entre los que se encuentran los derechos de imagen, como ocurre con otro buen puñado de futbolistas. Por supuesto, irse del país no le eximirá de tener que pagar lo que le corresponda, pero en Italia las condiciones del fisco no son tan dolorosas.
Y la tercera, y bastante influyente, pensar que su ficha anual en el club blanco no está acorde con el rendimiento que ha ofrecido en estos años, tendría que estar un escalón superior en el baremo establecido por el club y
acercarse a los compañeros que más cobran, que son Bale y Sergio Ramos.
Si comenzamos por solucionar esta última razón, a lo mejor se parcheaban todas las demás. Posiblemente los representantes de Modric tenían que haber invertido la dirección de sus gestiones y en lugar de acudir al Inter para obtener una oferta de cuatro años a razón de 10 millones netos cada uno, podían haber llamado a la puerta de José
Ángel Sánchez y Florentino Pérez y haberles solicitado directamente un aumento de ficha desde esta misma temporada y una más de contrato, hasta 2021, cuando
estaría a punto de cumplir los 36.
Aún está a tiempo Modric de solicitar el aumento que le acercaría bastante en número globales a lo que le ofrece el Inter. Pérez y
Sánchez están molestos por cómo se ha llevado el asunto a través de la Prensa. Hubieran preferido una llamada directa en la que se les expusieran las razones del jugador para querer marcharse, lo que no significa que no estén dispuestos a revisar y mejorar su contrato. Valoran su rendimiento y le consideran pieza indispensable para el equipo. Habrá subida. Y buena