No disparar al portero

Como en la película de Aznavour “Tuez pas le pianiste”, en el fútbol no hay que disparar al portero porque se falla el gol.

Con el Inter empatamos un partido que estaba ganado porque Rakitic chutó al muñeco, o sea, a dónde estaba el portero que, al final, con perdón, la paró con el culo. Coutinho chutó al muñeco cuatro veces y se las paró todas. Esas bolas no es que el portero las pare, es que se las encuentra: le dan en el cuerpo sin que él haga nada para pararlas. Así resulta que el Barça tuvo 26 remates contra el Inter, dominó todo el partido y acabó empatado a uno. No way.

De 26 remates entró uno. Vergüenza. Suárez 9, Coutinho 8, Rakitic 4, Dembélé 3, Lenglet 1y Malcom 1 que entró. A señalar que un tiro de Dembélé que iba a gol lo cortó Luis Suárez.

No se puede chutar peor. Es lo que se llama chutar al muñeco, o sea, a dónde está plantado el portero. El chut debe ir precisamente a cualquier parte del arco donde no esté el portero. Puskas chutaba a la escuadra y Di Stéfano, en el área, chutaba a la red de arriba.

El Inter, en una ocasión, marcó un gol. En Vallecas nos metieron dos. En estos tres goles, Sergi Roberto sale de una u otra forma en la foto, fallando como defensa porque no lo es. Cuidado con eso o volveremos a tirar la Champions. Alba está jugando muy bien en ataque, pero no tan bien en defensa, por eso no lo llamaba Luis Enrique. Y en el segundo gol del Rayo, Ter Stegen debía salir a blocar el centro y no lo hizo. Cuidado con la Champions.