El Tottenham sí es rival para hacer pruebas
El Barça recuperó en el derbi las buenas sensaciones. Todos creímos que el Espanyol de Rubi, hasta entonces bien construido tácticamente y con jugadores jóvenes pero con oficio, iba a plantar una dura batalla, pero el equipo perico no respondió a las expectativas de aquellos titulares que les ensalzaban y que vaticinaban el derbi más igualado de los últimos años. Y fue mérito del Barça de Valverde, que supo cómo desactivar su dibujos tácticos y hacer en cada momento lo que más le convenía. Unas veces moviendo el balón con criterio, en otras perforando por las bandas y en muchas inventando por el centro. No es de extrañar que presenciara uno de los mejores partidos de esta temporada, muy parecido al jugado ante el Tottenham en Wembley o al Inter en el Camp Nou.
Hay quien lo achaca a la endeblez del Espanyol, pero no. Los blanquiazules les tenían ganas a los azulgrana. Más por una cuestión histórica que de rivalidad. Y es que todavía no han logrado vencer a los azulgrana en Cornellà en partido de Liga. Nunca y eso, para ellos, son muchas concesiones. Gran parte de la culpa la tuvo, claro, Messi, con una colección de genialidades inacabable. Sus dos lanzamientos de falta fueron perfectas. Las puso como quiso y tantas no son casualidad. Además, su asistencia a Dembélé fue una barbaridad de buena. Nunca hay que pensar que Leo puede perder un balón. Es un error. Sólo puedes estar seguro de que lo ha perdido cuando está por lo menos a cinco metros.
El choque ante el Tottenham debería suponer un banco de pruebas para Valverde, para que pudiera rotar a los jugadores ahora que ya se está clasificado para octavos. Es una buena oportunidad para ver a los suplentes, al fondo de armario, manejarse ante un equipo de nivel. Hasta ahora, las temporadas sólo ha permitido que los no habituales puedan foguearse con equipos de las primaras rondas de la Copa. Así, que el técnico podrá ver su evolución en situaciones de máximo estrés, ante un rival que se juega su pase a la siguiente ronda. A los Aleñá, Denis Suárez o Munir les toca dar un paso adelante y demostrar que están a la altura de sus compañeros, de aquellos que golearon al Espanyol