EL MILAGRO DEL HIELO
Los éxitos en los deportes de hielo en España se han materializado sin un centro de alto rendimiento La oficialización de la candidatura olímpica PirineusBarcelona sería un gran revulsivo a todos los niveles
Casi hay que frotarse los ojos, y no una, sino varias veces, para constatar los buenos resultados deportivos que han obtenido y están obteniendo los deportes de hielo en España, con los pocos medios que dispone la Real Federación Española Deportes de Hielo y sus deportistas, y con la poca tradición que tienen estos deportes en España. Basta recordar que la propia federación, independiente de la nieve, sólo tiene doce años de vida, que maneja un presupuesto que no llega a los dos millones de euros y que no dispone de ningún centro de alto rendimiento donde trabajar con los jóvenes talentos. Pese a competir en inferioridad de condiciones respecto a otros países, se han logrado buenos resultados deportivos, algunos difíciles de entender y producto del talento natural, como es el caso de Javi Fernández en patinaje artístico (seis veces campeón de Europa, bicampeón del mundo y bronce olímpico) y otros producto de la inventiva, como Ander Mirambell en skeleton.
Preguntamos a Xavier Cherta, secretario general de la federación, a qué atribuye los buenos resultados de los deportes de hielo en España. ”Hay casos como el de Javi que no se pueden explicar, y después hay que pensar que a nivel global tampoco hay tantos deportistas de hielo y que por esta razón podemos tener ciertos resultados”. Pero, más allá de esta modestia, la federación está realizando un buen trabajo, tirando de ingenio, calculadora en mano. El panorama de los deportes del hielo muestra a día de hoy 14 pistas de hielo reglamentarias en España y una media de 2.000 licencias al año, concentrándose de mayor a menos número en hockey hielo, patinaje, cúrling, patinaje de velocidad y skeleton, y están localizadas mayoritariamente en Madrid (725), Catalunya (535) y País Vasco (340). Números inferiores a los que maneja la Real Federación Española de Deportes de Invierno, con unas 4.500 licencias deportivas y tres centros de tecnificación, una comparativa contra la que la federación de hielo lucha a diario.
Sobre su mesa, dos proyectos que ilusionan: la creación de un Centro de Alto Rendimiento en la Blume de Esplugues (Barcelona), con una pista de hielo, y la rampa de empuje de skeleton en el CAR de Sant Cugat, a los que habría que sumar la escuela de alumnos de pilotos de skeleton de Ander Mirambell, que ya funciona con 120.000 euros por temporada. Con estas instalaciones los deportistas gozarían de más medios
y no tendrían que irse al extranjero, como ocurre con las parejas de danza Sara Hurtado y Kirill Khaliavin (Moscú), plata este año en el ISU Grand Prix de Canadá; Adrià Díaz y Olivia Smart (Canadá), 12º en Mundial de Milán 2018; y Laura Barquero y Aritz Maestu (Italia), campeones de España y 11º en el Mundial. Unos éxitos deportivos a los que habría que sumar el bronce de dobles mixto y la plata de equipos mixtos en el Mundial 2018 en cúrling; las mejores marcas mundiales del joven patinador de velocidad Nil Llop o las victorias en cuatro de los cinco Mundiales de hockey hielos, todos en división B; y que podrían verse incrementados si la candidatura olímpica PirineusBarcelona se oficializara. “Sería un gran impulso, lo mejor que nos podría pasar”, concluye Cherta