Reencuentro agridulce
Pablo Machín se vio las caras con su ex equipo por primer vez
Desde que Pablo Machín y su cuerpo técnico decidieron allá por el mes de junio abandonar el banquillo del Girona para firmar con el Sevilla el enfrentamiento entre ambos era uno de los momentos más esperados de la temporada.
Pese a que la salida del técnico soriano dejó algún que otro enfado entre los aficionados y los integrantes del club, Montilivi y la ciudad estarán siempre agradecidos a Pablo Machín.
Los momentos previos al inicio del partido fueron los más emotivos. Algo más de una hora y veinte minutos antes del pitido inicial de Cuadra Fernández, árbitro encargado de dirigir el encuentro, el ahora técnico del Sevilla se dejó ver por el verde del Sánchez Pizjuán, algo muy poco habitual en él.
El objetivo no era otro que poder ver las caras de aquellos que le hicieron grande, sus futbolistas, y de los que confiaron en él cuando todavía no había salido nunca de su Soria natal, entre los que destacó el abrazo con Quique Cárcel, director deportivo del Girona.
Las risas, confidencias alejadas de las cámaras y abrazos fueron lo que más se vio antes de que el técnico abandonase el césped dirección al vestuario para dar la última charla a los suyos. Una vez el balón echó a rodar desaparecieron las muestras de afecto.
Por un lado, Pablo Machín se centró, de pie y con su libreta en la mano, en alentar a los suyos y co- rregirles, en una primera mitad en la que el Girona fue incluso mejor en varios tramos. En el segundo tiempo el técnico vio como su equi- po finiquitó en diez minutos un partido que por momentos se le complicaba,
Sin ningún gestó efusivo más allá de algún aplauso celebró el pri- mero Machín, que no se contuvo tanto con el gol de Sarabia que le permite seguir soñando con la Liga mientras el Girona se aleja de Euro- pa. La próxima cita, en Montilivi
Pablo Machín saludó con mucho afecto a los miembros de la expedición del Girona