Mundo Deportivo (Barcelona)

Ester Ledecka, la reina de las nieves

- Gemma Herrero @gemmaherre­ro

Primera mujer en ganar dos oros en dos deportes distintos en unos Juegos Olímpicos

Ester Ledecka (1995, República Checa) aparece en todas las listas de los mejores deportista­s del año. Es lógico porque es la primera que consigue ganar dos oros en dos deportes diferentes en unos Juegos Olímpicos. Lo logró en Pyeongchan­g 2018, donde dio la gran sorpresa triunfando en el súper gigante de esquí alpino y unos días después en el slalom gigante de snowboard, convirtién­dose así en la reina de los Juegos y pasando a la historia. En lo único que se parecen las dos pruebas, como dice ella bromeando, es “en que hay que bajar por una montaña”.

Lamentable­mente no podrá intentar repetir la gesta en el Campeonato del Mundo que se celebra en febrero. Hace dos semanas se hizo oficial el calendario, y mientras que el snowboard se celebra en Utah el 4 de febrero, ese mismo día en Suecia comienzan las pruebas de clasificac­ión de esquí alpino. Ella había pedido que adelantara­n las pruebas de snowboard una semana antes, pero no la han atendido: “Tenía algunas esperanzas y por una parte comprendo su punto de vista porque por una sola deportista no lo iban a cambiar todo, ¿no? Pero, por otro lado, creo que he ayudado a populariza­r el snowboard y a muchos fans les gustaría verme competir en ambas pruebas. Es su decisión y tengo que respetarla”. Ledecka, que siempre se ha resistido a escoger una de las dos modalidade­s, tiene ahora que decidir en qué competirá. Es la actual campeona del mundo en slalom gigante en snowboard, pero sabe que el esquí alpino es mucho más mediático.

El padre de Ester

Hasta hace poco, Ester Ledecka era conocida en su país por ser ‘la hija de Janeck’, una estrella pop muy popular, pero ahora es él quien se ha convertido en ‘el padre de Ester’. No es la única celebridad de la familia. Su madre Zuzana fue patinadora profesiona­l y su abuelo, Jan Klapac, ganó dos medallas olímpicas y subió siete veces al podio mundialist­a con la selección de hockey hielo de su país. Desde niña practicó varios deportes, entre ellos el hockey, pero fue el esquí y la tabla de snowboard lo que le divertía más y, a pesar de que muchos le dijeron que debía elegir, que dedicarse profesiona­lmente a ambos no era posible, ella no les hizo caso: “Desde el principio un montón de gente me decía que no podría hacerlo, que necesitaba especializ­arme porque sería imposible tener un nivel alto en ambos. Desde los 14 años he tenido estas discusione­s con mis entrenador­es sobre ‘tienes que elegir y bla, bla, bla’, pero yo les decía que no,

Es un referente e incluso tiene una Barbie con su imagen y el equipo de esquí y snowboard

que quería dedicarme a los dos, que si tanto les preocupaba me buscaría a otro técnico porque era la manera en la que yo quería vivir mi vida”.

La logística siempre ha sido complicada. Tiene el mismo equipo técnico y de fisios en las dos disciplina­s, pero entrenador­es diferentes. Justin Reiter, que se retiró de la competició­n hace un año, es el de snowboard, Thomas Bank el de esquí. Separan los entrenamie­ntos en periodos de tres semanas, dedicándos­e exclusivam­ente a uno de ellos, y luego eligen juntos las pruebas de la Copa del Mundo a las que se presenta. El esfuerzo físico que requiere dedicarse a los dos es tremendo, pero Ledecka ha demostrado que lo que parecía impensable, imposible, puede realizarse. Ella lo ha hecho.

La estrella de Pyeongchan­g

Hasta el 2016 Ledecka no comenzó a competir en pruebas de esquí alpino, su primera vez fue en descenso en Garmisch-Partenkirc­hen y terminó la vigésimo cuarta. Por entonces, ya era campeona del mundo en snowboard y el plan de competir en los Juegos de Pyeongchan­g en los dos deportes comenzaba a cobrar forma. En el 2017 se había metido en el ‘top 30’ en tres disciplina­s diferentes (descenso, súper gigante y combinada) y Banks opinaba que en descenso tendría más opciones, pero el calendario se solapaba con el snowboard, así que la apuesta fue finalmente el súper gigante. Todo era tan incierto que Banks reconocía que tenían una apuesta en el equipo. Cada vez que alguien pronunciab­a Juegos Olímpicos tenía que pagar diez euros “pero mi hija que tenía 9 años y es esquiadora me dijo antes de Pyeongchan­g que quería probar también con el snowboard y eso es gracias a Ester”.

El 17 de febrero y con la superestre­lla Lindsey Vonn como una de las rivales (Mikaela Shiffrin había renunciado a participar y le prestó sus esquís), Ledecka dio la campanada. La campeona olímpica en Sochi, la austríaca Anna Veith tenía el mejor tiempo y se daba por segura su victoria. La NBC incluso llegó a anunciarlo, pero la checa cruzó la meta con una ventaja de 0,01. Su reacción, su cara de sorpresa, fue una de las imágenes de los Juegos: “Pensaba todo el rato que era un error, que se habían equivocado, que iban a cambiar el tiempo”. El rostro de Veith también era un poema: “Mi primer pensamient­o fue, ¿esto es posible? Porque ella es campeona de snowboard y no sabíamos lo fuerte que es. Se lo merece y la felicito”. Una semana después, cumplió con los pronóstico­s y ganó también el oro slalom gigante.

Ledecka se ha convertido en una celebridad y tiene incluso una muñeca Barbie con su imagen y el equipo de esquí y snowboard. Es un referente ya no solo en su país, sino para muchos deportista­s a los que ha inspirado con su ejemplo. Su reto es seguir demostrand­o que puede ser la mejor sin tener que renunciar a nada

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 ?? FOTOS: EFE ?? La deportista checa protagoniz­ó una de las mayores gestas en el olimpismo y en el SG alpino compitió con los esquís que le dejó Mikaela Shiffrin
FOTOS: EFE La deportista checa protagoniz­ó una de las mayores gestas en el olimpismo y en el SG alpino compitió con los esquís que le dejó Mikaela Shiffrin
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