Como el primer equipo
El Madrid, inferior al Inter en la final, se lleva el título en la tanda de penaltis tras empatar en el último minuto
No fue Sergio Ramos, fue Jacobo Ortega. No mandó al palo Juanfran un lanzamiento de penalti, fue el cancerbero Gonzalo Castillo el que realizó dos paradas bajo palos. Sea como fuere, el Infantil B del Real Madrid se adjudicó ayer el triunfo en el XXIII Torneo Internacional de LaLiga Promises Santander con una victoria `marca de la casa’. Empatando en el último minuto cuando el trofeo ya iba camino de las vitrinas del Inter para forzar una prórroga en la que los blancos aguantaron el tipo como pudieron confiando toda su suerte a la tanda de penaltis. Y ésta le sonrió.
El Madrid llegó hasta las semifinales a trompicones. En los cuartos de final, tuvo que recurrir a los penaltis para derrotar a un Sevilla que hasta entonces se había forjado el cartel de gran favorito una vez había quedado fuera de combate el Barça. Y en la fase de grupos, aunque ya clasificado para las eliminatorias, recibió un severo correctivo por parte del Betis (1-4) que generó muchísimas dudas en cuanto a que este Madrid fuese capaz de campeonar. Pero en las `semis’ mostró su versión más solvente para vengarse del Betis con un 3-1, y en la final, supo tambalearse contra las cuerdas para acabar alzando los brazos.
El Inter, que en semifinales había apeado contra pronóstico al PSG de Warren Zaire (recuerden este nom- bre), se adelantó en el marcador en el 4’ con gol de Michele Scienza (apunten este también). Y los ’neroazzurri’ dispusieron de varias ocasiones para sentenciar, pero Gonzalo, el `1’ madridista, se convirtió en el héroe de la noche antes incluso de llegar a los penaltis. Con sus paradas mantuvo vivo a un Madrid que en el último minuto de partido encontró un gol obra de Jacobo al aprovechar un semifallo del portero interista Pisoni. El guardameta italiano recibió el premio al mejor portero del torneo, porque hasta entonces estuvo sensacional, pero falló justo en ese momento. Ante un Madrid que buscaba un milagro a la desesperada.
El conjunto merengue se lleva a sus vitrinas el trofeo de un torneo que ha sido apasionante, derrochando en cada jugada el talento que atesoran en sus botas estos pequeños grandes genios del balón con tan solo 12 años