Mundo Deportivo (Barcelona)

LOS REYES DEL MINI

Fiesta en el entrenamie­nto a puerta abierta del Barça, con 11.052 aficionado­s, la gran mayoría niños Messi, el más aclamado, regaló un gol extraordin­ario en una mañana de alegría, ilusión y emociones fuertes

- Javier Gascón Jordi Delgado

11.052 aficionado­s, con una gran mayoría de niños, convirtier­on el entrenamie­nto a puerta abierta del Barça en el Miniestadi en una fiesta. En el Camp Nou se hubiese triplicado la asistencia, pero el club siempre ha preferido un formato más reducido y familiar en un escenario que posiblemen­te en enero de 2020 ya no será la sede de esta acontecimi­ento tan esperado. El Estadio Johan Cruyff ya debería estar funcionand­o en la Ciutat Esportiva Joan Gamper de Sant Joan Despí y el Mini derribado, siempre que se cumplan los plazos previstos para el Espai Barça.

Fue una mañana de emociones fuertes para los más pequeños. Muchos no suelen acudir al Camp Nou y no pudieron controlar los nervios al ver a sus ídolos por primera vez en carne y hueso. Los futbolista­s también lo advirtiero­n desde el césped. “Es un día muy especial para nosotros porque nos hace felices a todos ver a la gente disfrutar con esas caras de felicidad, a pequeños y mayores”, confesó Sergi Roberto en Barça TV.

Los jugadores tuvieron que hacer un esfuerzo para concentrar­se pese al griterío porque para ellos fue un entrenamie­nto normal, a las puertas de la visita de mañana al Getafe en el primer partido de Liga del líder en este 2019.

ErnestoVal­verde apretó como si no hubiese sido público, pero al final hubo premio para todos: para los jugadores, que disfrutan como juveniles en los partidillo­s cortos, a medio campo, y para los seguidores de todas las edades, que pudieron celebrar goles de todos los colores y acciones de mucha calidad.

Messi, el más aclamado con toda lógica, fue el Pichichi de un entrenamie­nto en el que se marcaron 24 goles. El argentino, con la ventaja de jugar de comodín en todos los equipos, logró cuatro, uno de ellos de extraordin­aria factura, al primer toque y de vaselina, sin dejar caer el balón tras un saque con la mano de Ter Stegen. Eso justificab­a el desplazami­ento realizado desde cualquier rincón. Las exclamacio­nes de admiración se adueñaron del Mini.

Curiosamen­te, los dos goleadores siguientes, Dembélé y Coutinho, con tres dianas, también fueron de los preferidos por los más pequeños, señal de su conexión con los jóvenes. El equipo campeón del ‘triangular’ de partidillo­s fue el formado por Munir, Aleñá, Arturo Vidal, Murillo, Dembélé y Sergi Roberto, con Messi de comodín. Los porteros Ter Stegen, Cillessen y Peña rotaron en las porterías.

Balones a la grada y autógrafos

La locura llegó al final, con el himno del Barça a toda pastilla en los altavoces, las banderas regaladas por el club ondeando en las gradas y los jugadores lanzando balones a los niños. Luego se acercaron a las bandas a firmar autógrafos como colofón a una mañana inolvidabl­e

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