El último baile, del Girona
La celebración de Griezmann quedó estéril con el gol de Doumbia
Era el minuto 84 de partido. Antoine Griezmann fusiló a Gorka Iraizoz para completar la remontada con un 3-2 que prometía dejar en la cuneta al Girona. Y bailó. ‘El Principito’ se dejó llevar y movió las caderas como lo hace el vencedor de una partida del famoso videojuego ‘Fortnite’. Pero esta vez, la partida no había acabado, y al final el ‘game over’ fue para el Atlético de Madrid.
El Girona se plantó anoche en el Wanda Metropolitano sin complejos, y el fútbol le premió con un histórico pase a los cuartos de final de la Copa del Rey. Tras el 1-1 de la ida en Montilivi, Eusebio sabía que no lograría el pase sin superar por lo menos en una ocasión a Antonio Adán, ayer titular en detrimento del infranqueable Jan Oblak; y las circunstancias del partido llevaron a que tuviera que hacerlo tres veces para firmar una noche para el recuerdo que nunca se olvidará en Girona.
Porque lo de este equipo ya hace tiempo que dejó de ser flor de un día. El Girona, primero con Pablo Machín y ahora con Eusebio Sacristán, está creciendo a pasos agigantados y el mérito de superar esta eliminatoria bien merece ser reconocido. ¿Saben cuántas veces ha marcado el Atlético de Madrid tres o más goles desde que Simeone se hizo cargo del equipo en diciembre de 2011? 101. ¿Saben en cuántas ha conseguido el triunfo? En 100. En todas menos en la de ayer.
El gol de Valery
Nacido a finales de 1999, cuando el Girona acababa de ascender de la Regional Preferente catalana a Tercera División, Valery Fernández es una de las grandes ‘perlas’ de la cantera de los de Montilivi. El extremo izquierdo debutó con el primer equipo el pasado mes de octubre, ante el Alavés en Copa. Y desde entonces ha ido experimentando un constante crecimiento que, sin convertirle en un fijo para Eusebio Sacristán, bien le ha valido para disfrutar de minutos en un total de nueve partidos contando el de anoche. Pero lo que no había logrado todavía era marcar, y eligió un escenario como el Metropolitano para estrenarse. Fue con una volea inapelable que devolvió la confianza en el pase a cuartos de un Girona que, tras el 1-0 inicial de Kalinic parecía condenado a caer eliminado.
No fue así. Ni siquiera bastó para tumbar al Girona que los colchoneros le diesen la vuelta al momentáneo 1-2 que llegaron a ostentar. Diego Godín, José María Giménez, Koke Resurrección, Saúl Ñíguez, Thomas Lemar, el bailongo Antoine Griezmann y los más de 45.000 aficionados que se dieron cita en el Metropolitano vieron como el último baile, el de la victoria, no fue el del atacante francés