Impune Ramos

Históricamente, el Madrid ha gozado de una impunidad escandalosa. Su capitán, Sergio Ramos , la personifica. Ha propinado codazos, como el que le supuso una fractura de tabique nasal al checo Milan Havel. Ha lesionado a rivales, como la llave de judo que le hizo a Salah o el trompazo que le dio al portero Karius estando el balón lejos de la acción. Las entradas ‘criminales' son habituales en el central. Montolivo, Suazo, Vadillo, Nacho González, Correa, Calleri, Lucas Hernández o Cabral han sido lesionados por él. Su dureza y juego sucio son tan habituales y evidentes que ha visto un total de 259 amarillas y ha sufrido 24 expulsiones, siendo, con 19 rojas, el más expulsado de la historia de la liga. En el Clásico de abril de 2017 aplaudió en la cara del árbitro Hernández Hernández tras echarle pero el colegiado no lo reflejó en el acta. Neymar fue sancionado con 2 partidos por lo mismo en Málaga. Ramos se saltó la normativa UEFA bajando al túnel de vestuarios en el partido frente a la Juve pese a tenerlo prohibido por estar sancionado. Ha infringido los protocolos de dopaje. Se duchó antes de pasar el control en Málaga y el doctor le advirtió de que eso supondría una sanción. Y en la previa de la final de Cardiff se le detectaron trazas de Dexametasona, una sustancia prohibida. Y, al final, no ha sido sancionado por ninguna de estas acciones. Goza de una inmunidad vergonzosa. La última fechoría es haber admitido que forzó la amarilla ante el Ajax, conducta que claramente castiga el reglamento. La UEFA le ha abierto expediente. Si le sanciona será una excepción. Si lo deja impune será lo habitual