SUEÑOS ROTOS
La derrota ante el Girona dinamita los castillos en el aire edificados por el Madrid en torno a la conquista del título de Liga Las previsiones blancas pasaban por ganar a Girona y Levante y esperar un tropiezo del Barça en el Pizjuán Esto habría permitid
El Girona truncó todos los sueños, todos los planes que había hecho el Real Madrid en esta Liga. Como en el cuento de la lechera, los blancos ya habían hecho sus números tras ganar al Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano. Ese día, los de Solari se pusieron a seis puntos del Barça que empató en San Mamés ante el Athletic Club. La euforia en el madridismo, club y vestuario incluidos, era tal por estar de nuevo en la carrera de la Liga que imaginaron lo que iba a pasar en las dos jornadas que restaban antes del Clásico liguero del Bernabéu el próximo 2 de marzo.
Las cuentas blancas eran que los de Solari iban a ganar al Girona y al Levante antes de recibir al Barça. O lo que es lo mismo, sumar seis puntos para seguir presionando al conjunto azulgrana que se enfrentaba al Real Valladolid y al Sevilla. Ahí, en ese duelo en el Pizjuán es donde en los planes blancos entraba un tropiezo del Barça que, según el libro de ruta imaginario merengue, se presentaría en el Clásico con tres o cuatro puntos de ventaja. La culminación de los planes del Madrid era ganar a los de Valverde y empatarlos a puntos en la tabla o, como mal menor, estar sólo a un punto. O lo que es mismo, confiaban en que ese 2 de marzo comenzara una nueva Liga con el Madrid luchando codo a codo con los azulgrana por el título.
Todos esos planes saltaron por los aires la tarde del domingo con la derrota ante el Girona que deja al Real Madrid a nueve puntos del Barcelona. Un duro palo para todo el madridismo, que ve la Liga imposible a pesar de que el mensaje desde el vestuario es que aún queda mucho campeonato y que no van a bajar los brazos. Un discurso que la afición no se acaba de creer tras asistir al partido ante el Girona. Una muestra clara de esa desconfianza de la grada del Bernabéu fueron los pitos que le dedicaron a sus jugadores durante el encuentro del pasado domingo.
Una bronca de los seguidores blancos de la que los de Solari intentarán resarcirse el próximo 2 de marzo ganando al Barcelona. Y, por supuesto, esperando que los de Valverde no ganen en Sevilla para volver a tener alguna esperanza de entrar de nuevo en la carrera de la Liga. Y es que los madridistas más optimistas siguen haciendo números. Derrota del Barça en Sevilla y victoria del Madrid ante el Levante y en el Clásico. O lo que es lo mismo, el Madrid estaría a tres puntos de los azulgrana tras el Clásico, por lo que los de Solari seguirían vivos en el campeonato liguero.
A por la Champions
A pesar de esos números optimistas, entre la mayoría de la masa social madridistas y en algunos sectores del club, la Liga no es que sea historia para el Real Madrid, pero casi. No es que no vaya a intentar el milagro, pero ahora mismo, todos los esfuerzos blancos van a ir dirigidos a la Champions League. Reeditar el título europeo es ahora mismo el gran objetivo del Real Madrid.
Es cierto que al Real le queda la Copa del Rey en la que se las verá la semana que viene ante el Barça en la vuelta de semifinales. Será el aperitivo del Clásico liguero, que será tres días después del de Copa que, sin duda, marcará el de la Liga. A pesar de que los de Solari se están jugando estar en la final de Copa del Rey, nadie en el club quiere que se pierda de vista el duelo ante el Ajax del próximo 5 de marzo. Un partido en el que el Madrid se juega el pase a los cuartos de final de la Champions League y en el Madrid no se fían del club holandés a pesar del 1-2 de la ida. Las sensaciones que dejó el encuentro de Amsterdam es que el Ajax puede complicarle la vida al Madrid si los de Solari no lo dan todo ese 5 de marzo. Así las cosas, los blancos se juegan la temporada en poco más de una semana. Dos Clásicos y un duelo de Champions que marcarán el futuro más inmediato del Real Madrid que ha pasado de pensar en el triplete a casi despedirse de la Liga en siete días